La soprano quería celebrar su 80º cumpleaños en el teatro donde debutó en 1952 y donde vivió veladas inolvidables. Poco antes del evento, Vishniévskaya asistió al estreno de una nueva escenificación de Yevgueni Oneguin en el nuevo edificio del Bolshói. La puesta en escena de la ópera de Chaikovski le pareció “un horror”.
“En un día tan significativo para mí (…) no quiero, al salir a esta escena, sufrir de nuevo el sentimiento de desesperación y humillación que se apoderó de mí durante el estreno del 1 de septiembre, y seguramente hasta el fin de mis días no me libraré de la vergüenza de haber presenciado la profanación pública de nuestras glorias nacionales” escribió en carta al director del teatro, renunciando a festejar en él su cumpleaños.
Finalmente la fiesta tuvo lugar en la sala Chaikovski y ¿saben lo que entonces programó el Bolshoi para el mismo día? Pues sí… Oneguin