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Por Publicado el: 14/11/2015Categorías: Crítica

Gil Shaham con Ibermúsica, efusivo y grato

 EFUSIVO Y GRATO

Obras de Bach, Kang y Vivaldi. Sejong Soloists. Director y solista de violín: Gil Shaham. Auditorio Nacional, Madrid. 12-11-2015. Ibermúsica, Serie Arriaga.

Hacía mucho que este violinista estadounidense de ascendencia israelí (1971) no venía por Madrid. Hemos podido apreciar otra vez su arte depurado, su sonido caliente, su perfecto mecanismo, la agilidad de sus dedos, la suavidad de su arco y la controlada afinación. Cualidades que percibimos en la interpretación del “Concierto en la menor BWV 1041” de Bach y de las “Cuatro Estaciones de Vivaldi”, partituras programadas junto con las llamadas “Cuatro Estaciones de Pyeongchang” del compositor Sukhi Kang (1934).

La elegancia en el trazado y la delicadeza de las figuraciones han quedado evidenciadas en estas interpretaciones. Shaham nos ha gustado más, dentro de un orden estilístico discutible, en las cuatro obras de “Il cimento dell’armonia e dell’invenzione” que en la creación bachiana, en la que no nos ha convencido una cierta languidez expositiva y una general falta de precisión del “tutti”, aunque la limpieza del solista y su capacidad para tocar en un hilo fueran innegables.

La versión de los conciertos del Prete Rosso, muy libre, cambiante de “tempi”, suave de perfiles, colorista, circuló por veredas diversas a las llamadas historicistas. Fue animada y cantada por solista y orquesta con contrastes acusados y una muy convincente “cantabilità”. “Crescendi” bien planificados, sentido de la danza, sutilezas instrumentales y un bien estudiado ensamblaje de las partes fueron otras tantas bazas positivas. Anotemos, dentro de los puntos culminantes, el esplendoroso final del “Allego” de apertura del “Verano”, los pianísimos, con el clave en primer plano, del “Lento” del “Otoño”, las acentuadas disonancias del inicio del “Invierno”… Y la expresión sonriente del director y solista, que al final nos ofreció el primer movimiento del otro “Concierto para violín” de Bach, el escrito en “mi mayor”.

La obra de Kang busca la evocación y la descripción con un lenguaje que combina técnicas minimalistas, disonancias y efectos instrumentales de muy variado signo. Escritura refinada, sutilísima, música grata y concentrada, dividida en ocho breves movimientos. Tuvo una interpretación espléndida por parte de los Sejong Solists, un conjunto disciplinado y flexible, de tímbrica equilibrada y confortable. Arturo Reverter

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