GLORIFICACIÓN DE LA MUERTE
Teatro Monumental
SHOSTAKOVICH. Sinfonía nº 14, Op. 135. HONEGGER: La danza de los muertos. María Rey-Joly (soprano), Iñaki Fresán (barítono), Elisenda Cabero (mezzo), Fernando Palacios (narrador). Coro y Orquesta Sinfónica de RTVE. Director: Edmon Colomer. 16 de noviembre de 2007. Teatro Monumental, Madrid. .
De entrada, la valentía del programa. Edmon Colomer unió dos obras del siglo XX separadas entre sí por tres décadas con un tema común, la muerte, o acaso como dos caras de una misma moneda, la injusticia –Sinfonía 14 de Shostakovich de 1969- y la justicia –Danza de los muertos de Honegger de 1938- del tránsito. Velada, además, con importantísima base literaria –Lorca, Apollinaire, Küchelbecker y Rilke para Shostakovich; Claudel para Honegger-, adecuadamente glosada en las notas por Juan Antonio Llorente, pero desguarnecida en lo que era el programa de mano, en donde sí figuraba una digna traducción del texto de Paul Claudel pero no había reproducción alguna o traducción de los once poemas empleados por el músico soviético; el hecho es aún más incomprensible si se tiene en cuenta que el 7 de marzo del año pasado la Sinfónica de Madrid presentó la Sinfonía 14 en la capital con todos los textos y su versión castellana. ¿No se pudo pedir ese material a la orquesta vecina? Esa carencia explicaría el absentismo del público, desconcertado ante una pieza cantada de 55 minutos de la que sólo pudo entender sus dos primeros movimientos (Lorca), lo cual fue una pena porque la interpretación resultó excelente, a pesar de emplear la controvertida versión, aprobada a regañadientes por el compositor, que presenta los versos, no en ruso –como el autor musicó la pieza-, sino en las lenguas originales de los poetas. Notable fue la contribución de los dos solistas –Rey-Joly y Fresán-, y magnífica la respuesta de los grupos de cuerda –aunque se puede citar a todos los instrumentistas, anótense los intensos solos de violonchelo de Suzana Stefanovic- y percusión del conjunto de RTVE.
En la segunda parte, un exceso de amplificación convirtió al siempre modélico Fernando Palacios en la auténtica voz de Dios sobre la tierra. El coro de RTVE, preparado por Josep Vila, cantó con entusiasmo y cuidada afinación, y la orquesta, ahora al completo, volvió a hacer gala de su magnífica forma, con especial mención para el grupo de metales. Colomer transmitió convicción y gravedad espiritual a lo largo de una sesión que tuvo a la dama de la guadaña como inusual protagonista. José Luis Pérez de Arteaga
Últimos comentarios