Crítica: Gozosa felicidad con Oue
Gozosa felicidad
ORQUESTA DE VALÈNCIA. Solista: Fazil Say (piano). Director: Eiji Oue. Programa: Obras de Bernstein (Suite sinfónica On the Waterfront. Suite orquestal de Candide), Saint-Saëns (Concierto para piano y orquesta número 2) y Debussy (El mar). Lugar: Palau de la Música. Entrada: Alrededor de 1600 personas. Fecha: Viernes, 1 junio 2018.
Justo Romero
La Orquesta de València y sus músicos se lo han pasado en grande esta semana, durante los ensayos del concierto ofrecido el viernes junto a dos personajes tan característicos y atípicos como el pianista turco Fazil Say (Ankara, 1970) y el director japonés Eiji Oue (Hiroshima, 1956). Dos artistas de fuerte personalidad y una actitud ante la música y el modo de abordarla enemiga de cualquier rutina o convención. El resultado ha sido una actuación excepcional, en la que el maestro nipón –cuya agilidad y naturalidad en el podio tanto recuerdan a su paisano y profesor Seiji Ozawa y a su “mentor y compañero” Leonard Bernstein- ha involucrado y entusiasmado a los profesores de la OV para hacerles cómplices y partícipes de unas versiones en las que, sobre todo, se impuso la felicidad gozosa de la música. ¡Qué maravilla!
El programa estaba plagado de color. De luz, ritmo, magia y suntuosidad sinfónica. Bernstein, Saint-Saëns y la fascinante evocación debussysta de El mar. Oue se sumergió en la obra maestra impresionista para –más que mostrarla o revelarla- vivirla desde su entraña y compartirla con músicos y público. “Desde el núcleo de tu propia música”, como escribió el mal director de orquesta Debussy cuando tuvo ocasión de afrontar desde el podio los tres “bocetos sinfónicos” que conforman esta no denominada sinfonía.
Oue envolvió su versión de audacia, sugestión y sutilezas; de registros tímbricos y de detalles minuciosos que afloraban con inaudita naturalidad. Calibró con asombrosa pericia el agigantado y muy expandido ámbito dinámico, desde los más delicados pianísimos a unos fortísimos que en su opulenta intensidad jamás se sintieron excesivos. Asombra y admira el modo en que el Maestro combina su incontenible fantasía interpretativa con un trabajo a todas luces concienzudo y riguroso; su arte de convertir en (aparentemente) fácil una obra tan arriesgada, compleja y delicada como El mar. La respuesta orquestal no fue solo absoluta, sino también pletórica. De calidad y de vitalidad. Pocas ocasiones se ha sentido a la OV tan en comunión e involucrada con un maestro.
Idéntica naturalidad y fascinación desprendieron las versiones de dos obras de Bernstein tan distintivas del “mundo feliz” y expansivo del genial músico estadounidense, próximo a Oue hasta el punto de ser él mismo destinatario de la suite de Candideque cerró el programa. Si en la suiteOn the Waterfrontse lució el trompa solista invitado (el alborayense Alfredo Cabo), Candidefue una fiesta sonora en la que todos –maestro, orquesta y público- nos fundimos en la misteriosa felicidad de la música. Como ocurrió en Bayreuth en 2005, cuando Oue se sumergióen el invisible “foso místico” de Bayreuth para ofrecer su incandescente visión de Tristan und Isolde, o como casi siempre ocurre cuando dirige un verdadero Maestro.
Fazil Say, pianista singular y superdotado desde casi la cuna, que ya actuó junto a la Orquesta de València, en 1996, cuando el 2 de julio estrenó en Estambul su propio Primer concierto para piano y orquestabajo la dirección de Manuel Galduf, ofreció ahora una apabullante versión del Segundo conciertode Saint-Saëns, que en su virtuosismo y fulgor pareció convertido en un escandaloso concierto “para piano y taconazos” en el que frecuentemente se oían más sus pies machacando la tarima del escenario que las notas que salían del instrumento. Say se olvidó del avanzado estilo romántico y pre-impresionista -vía Franck y Fauré- que distingue el concierto para llevarlo a su territorio exhibicionista. Lució siempre su talento sin límite y su virtuosismo fácil, quizá demasiado. Lo mejor, la propina en forma de jazz que tocó como respuesta ante tanto entusiasmo. Pero en el oído del crítico quedan imborrables los rumores profundos de El mar.
Publicado en Diario Levante el 3 de junio de 2018
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