Gustavo Gimeno y la Filarmónica de Luxemburgo abren la más “viajera y exótica” Quincena
Gustavo Gimeno y la Filarmónica de Luxemburgo abren la más “viajera y exótica” Quincena
Gustavo Gimeno y la Orquesta Filarmónica de Luxemburgo protagonizan los conciertos inaugurales de la 85 Quincena Musical de San Sebastián, articulada bajo el lema e hilo conductor “Viajes y exotismo”. Una edición plural y de alto voltaje artístico, y, fiel a la costumbre, cargada de citas de relieve protagonizadas por grandes intérpretes y conjuntos sinfónicos. Serán este jueves y viernes, 1 y 2 de agosto, en sendas actuaciones centradas en dos de las más impactantes sinfonías de la literatura orquestal: la Quinta de Mahler (jueves), y la Fantástica de Berlioz, que el viernes llegará preludiada por la sobrecogedora cantata La ejecución de Stepan Razin, compuesta por Shostakóvich en 1964 sobre textos del poeta ruso Yevguéni Yevtushenko.
En el primer programa, el jueves, antes de la Quinta de Mahler, se escuchará el “exótico” Quinto concierto para piano y orquesta, “Egipcio”, del gran viajero que fue Saint-Saëns. Los solistas de ambas actuaciones, a tono con la ocasión, garantizan lo mejor: el bajo moscovita Alexánder Vinogradov -grande entre los grandes de la escena lírica contemporánea- cantará Shostakóvich, mientras que el pianista chino-canadiense Bruce Liu, ganador del Premio Chopin de Varsovia en 2021 y considerado como una de las mayores revelaciones del universo pianístico en el siglo XXI, hará lo propio con el concierto de Saint-Saëns.
Por su parte, el valenciano universal Gustavo Gimeno es uno de los directores más apreciados y activos de su generación. En diez años de titularidad, ha convertido a la Filarmónica de Luxemburgo en un conjunto de permanente presencia en las mejores salas y festivales europeos. Es, además, titular de la Sinfónica de Toronto, y el próximo año asumirá la dirección musical del Teatro Real de Madrid.
El estreno en la Quincena de la cantata La ejecución de Stepan Razin es un acontecimiento por sí mismo. La obra, de unos 30 minutos de duración, cuenta el trágico destino del cosaco Stepan Razin, quien en el siglo XVII se rebeló contra el Zar Alexéi. Su ritmo trepidante y dramático es el mejor precedente para adentrarse en la luminosa y alucinante historia que narra Berlioz en su revolucionaria sinfonía. Además de Vinogradov y la Filarmónica de Luxemburgo, Gimeno contará en tan colosalista composición con los mimbres del Coro de Voces Mixtas Easo.
Gimeno no duda al considerar como “fantástica” la cantata. “Es muy típica de Shostakóvich”, refiere a Beckmesser.com, “en lo que se refiere al tratamiento orquestal, así como las atmósferas, carácter, gestos musicales. Es una obra de intenso dramatismo, misteriosa a momentos… ¡y es fantástico que incluya la voz!, tanto en el coro como con el bajo solista, como en su Sinfonía número 13, “Babi Yar”, compuesta dos años antes y en la que Shostakóvich también recurre a textos de Yevguéni Yevtushenko.
Es, desde todas las perspectivas, una composición extraordinaria, una oportunidad para los asistentes al concierto de sentir en vivo una composición única, que es una ‘rareza’ y que, quizá nunca antes hayan escuchado. Creo que les encantará tanto como a los músicos de la orquesta y a mí mismo.
¿La cantata es también, como la sinfonía, una obra representativa del Shostakóvich tremendista y atormentado? “Bueno, es una composición escrita solamente dos años después de Babi Yar, y ambas composiciones narran hechos históricos y dramáticos. Sin duda ambas están compuestas con los mismos materiales/mimbres. Y, como he dicho, es igualmente extremadamente trágica e intensa”.
Para el protagonista de estos dos conciertos inaugurales, “no hay duda” de que existen paralelismos entre la gran sinfonía de Berlioz y la cantata de Shostakóvich. “La verdad”, precisa Gimeno, “es que no lo había pensado al sugerir/presentar estos dos programas, pero sin duda hay paralelismos. Desde luego, en la opulencia sinfónica, pero también la ‘teatralidad’ es un aspecto común entre esta sinfonía de Berlioz y Mahler en general, así como el contenido autobiográfico y el amor y su declaración del mismo en el Adagietto de Mahler y en la temática principal de la Sinfonía Fantástica.
En este repaso a los dos programadas que dirige en la Quincena, el titular de la orquesta luxemburguesa considera “exagerado” calificar la orquestación de la Sinfonía fantástica como la más revolucionaria de la historia. “Sí, francamente, creo que es exagerado, ya que hay otras sinfonías y composiciones en otros momentos de la historia que han sido revolucionarias aunque por razones diferentes.
En cualquier caso, increíble y cierto es que -aunque bajo los efectos del opio- la originalidad, visión, inventiva, atrevimiento/coraje de Berlioz en su Sinfonía Fantástica son sencillamente extraordinarios… componer esta obra unos pocos años tras Beethoven y Schubert y siendo contemporáneo de Schumann y Mendelssohn-Bartholdy es un shock”.
Tras este comienzo espectacular, la 85 Quincena mantendrá en cartel una densa agenda cargada de citas igualmente relevantes. Hasta el 30 de agosto se sucederán -solo en el ámbito sinfónico- las actuaciones de formaciones tan destacadas y apreciadas por el público de la Quincena como la Orquesta del Festival de Budapest, que el 17 y 18 agosto, con su titular Iván Fischer a la cabeza, interpretará el primer día, con la siempre genial Patricia Kopatchinskaka como solista- el Primer concierto de violín de Bartók, además de la Obertura sobre temas hebreos, de Prokófiev, y la Séptima sinfonía de Dvořák. El segundo programa incluye el Réquiem de Mozart, junto con el Orfeón Donostiarra un cuarteto vocal de campanillas.
El Orfeón Donostiarra coprotagonizará, además, el concierto programado el viernes 23, en el que junto con la Euskadiko Orkestra interpretarán la siempre impactante y problemática Missa solemnis de Beethoven, que llevaba más de dos décadas sin escucharse en la Quincena. Será dirigida por Jérémie Rhorer, con un sólido y acreditado cuarteto solista formado por voces tan punteras como las de la soprano Chen Reiss, la mezzo Victoria Karkacheva, el tenor Maximilian Schmitt, y el bajo Hanno Müller-Brachmann.
Otra formación sinfónica apegada a la Quincena, como es la Filarmónica de la Scala de Milán, regresará el día 27 con su titular, Riccardo Chailly -otro viejo amigo del veterano festival donostiarra-, para ofrecer un programa-bombón de irrenunciable ausencia y éxito seguro: la Quinta sinfonía de Chaikovski y las dos suites del ballet Dafnis y Cloé, de Ravel.
La Orquesta Filarmónica de Radio France será la encargada de clausurar esta densa octogésimo quinto edición. Será el 30 de agosto, día en el que, dirigida por su particular titular, el finlandés Mikko Franck, y con el concurso solista de la violonchelista argentina Sol Gabetta, la formación gala se enfrentará a un programa esencialmente parisiense y de fragantes vuelos, integrado por obras de Debussy (Preludio a la siesta de un fauno), Lalo (Concierto para violonchelo y orquesta), Ravel (Shéhérazade) y Stravinski, cuya suite del ballet El pájaro de fuego (escrito y estrenado en París, en junio de 1910), será la obra que cierre programa tan viajera y exótica Quincena.
Como ya es costumbre, también la ópera estará presente en la actual edición. Con una obra también de acentos franceses, pero cargada de tintes, exotismos y raíces españoles: la Carmen de Bizet. Serán dos funciones, 8 y 10 de agosto, en el Kursaal, en las que, bajo la dirección experta y efusiva de José Miguel Pérez Sierra, la Euskadiko Orkestra, el Coro Easo Abesbatza (que lidera y prepara Gorka Miranda) estrenen una producción propia de la Quincena, vocalmente protagonizada por Rihab Chaieb (Carmen), Dmitro Popov (Don José), Miren Urbieta Vega (Micaela) y Simón Orfila.
Los ciclos de conciertos y recitales en Teatro Victoria Eugenia; el de Música Antigua, y el de Música de Cámara (ambos en el Museo San Telmo); el Ciclo de Órgano, que se desarrolla en diversos escenarios, o el de Música Contemporánea, en Salas Polivalentes Kursaal, agrupan programas y eventos de todos y para todos los gustos.
La interpretación integral de la pianística, luminosa y universal Iberia del viajero impenitente que siempre fue Albéniz (Luis Fernando Pérez, 4 agosto, Museo San Telmo, 20:30 h) es la punta del iceberg que conforman las maravillas de este surtido capítulo, fundamental y en absoluto complementario de esta cosmopolita edición cargada de paisajes, sueños y ensueños. Opiáceos y no opiáceos.
Últimos comentarios