“Hacemos márketing para llenar el Liceo” JOAN FRANCESC MARCO Director general del Teatro del Liceo de Barcelona
“Hacemos márketing para llenar el Liceo”
JOAN FRANCESC MARCO Director general del Teatro del Liceo de Barcelona.
La estrategia del Liceo tras los recortes podría ser el título de la obra que se representa en el teatro barcelonés. La progresiva caída de los ingresos -un recorte en torno al 15% de las administraciones y la reducción en las aportaciones de empresas- “ha provocado un déficit muy importante en el teatro”, afirma el director general, Joan Francesc Marco. El centro tiene un presupuesto de 45,6 millones de euros para la temporada 2012/2013, un 6% menos que en 2011. Los principales ingresos proceden de las subvenciones públicas (21,5 millones de euros), la venta de entradas (13,8 millones), el mecenazgo (4,9 millones), el Petit Liceu (2,5 millones) y los productos audiovisuales (2 millones).
La suspensión de varias funciones y el expediente de regulación de empleo (ERE) -que se retiró más tarde- han afectado a una temporada, en la que ha actuado Le nozze di Figaro, Aida, la compañía de Ángel Corella y Les Ballets de Monte-Carlo. “Si no llego a suspender la temporada arriesgo que el Liceo vaya rodando calle abajo”, explica Marco, quien también ha explorado la vía del crédito.
El responsable del teatro está satisfecho con el 80% del nivel de fidelidad de los abonados. “Ha habido empresas que nos han dado 10.000 euros tras enterarse de la situación del Liceu”, revela. El Liceo ha pasado de 34 empresas benefactoras el año pasado a 49 compañías para la próxima temporada, que acogerá el Festival de Bayreuth, La fuerza del destino, de Verdi, y Madame Butterfly, de Puccini.
El Liceo volvió a subir el telón tras un acuerdo con los trabajadores. Marco es optimista pese a “la problemática situación y el poco margen de maniobra”, afirma. El trato lleva implícito una reducción salarial a todos los empleados y la flexibilización de las condiciones de trabajo. Adoptar una manera especial de trabajar se ha traducido en un ritmo laboral con una planificación previa que no supera los siete días de trabajo continuados. “No es lo mismo trabajar en una ópera como la La Bohème que para una obra como Le Gran Macabre”, ejemplifica Marco. Cambiar el sistema de trabajo supone importantes ahorros -opina el ejecutivo-, “porque antes sólo lo podías hacer con contratación de refuerzos de plantilla externa”.
El pacto entre la dirección del teatro y la plantilla, formada por 398 personas, implica “un compromiso de negociación futura”, según palabras del director. “Este acuerdo significará que acabaremos el ejercicio con un déficit asumible”, dice Marco.
El Liceo ha adoptado medidas empresariales incorporando la política comercial y el márketing en todos sus sectores. El teatro ha apostado por abrir sus puertas a la sociedad con azafatas a pie de calle que informan a los ciudadanos y turistas de las Ramblas sobre la programación y las visitas guiadas. “No podemos alterar la calidad de los espectáculos”, señala Marco. Otras líneas de actuación que el teatro ha puesto en marcha son la incorporación de precios dinámicos que vinculen el coste de la entrada a la demanda del público; modificar las ventajas de los abonados para evitar los asientos vacíos, así como impulsar la presencia del Liceo en las redes sociales. La página web recibe muchas visitas para comprar entradas, según Marco. “Cuidado con subir los precios de las entradas porque si estiras demasiado la cuerda se rompe”, destaca.
La institución investiga otras vías de ingresos con el fin de “hacer más con menos” y “ser más eficaces con el gasto”, explica el directivo, que es consciente que el resultado económico de la nueva estrategia no será una gran aportación. El abono conjunto con otros teatros europeos sería una posibilidad, aunque con “el Real de Madrid ya sacamos un abono conjunto que no funcionó”, apunta Marco. Otra línea de actuación por explotar son los acuerdos con el sector turístico.
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