Homenaje a Mariella Devia en el Real
Homenaje a Mariella Devia
NORMA (V. BELLINI)
Teatro Real de Madrid. 30 Octubre 2016
Esta representación es la única que cantaba Mariella Devia y lo hacia con un reparto totalmente nuevo y que también actuaba únicamente en este día. La representación se ha saldado con un éxito de público, que hoy ha sido particularmente triunfalista. No solamente ha tributado un merecido homenaje entusiasta a la gran soprano italiana, sino que se ha extendido a todos, como si los aplausos fueran contagiosos. Bastará decir que hubo en esta ocasión ovación para Oroveso tras su aria del segundo acto, mientras que en el primer reparto hubo un silencio sepulcral. Desde luego el Oroveso de hoy no era mejor que el del día anterior.
Mariella Devia homenajeada
Nada tengo que añadir a lo escrito el día pasado sobre la producción de Davide Livermore. Tampoco hay nada nuevo sobre la dirección de Roberto Abbado, salvo el hecho de haber ralentizado algo más los tiempos que en el reparto anterior para acomodarse a las preferencias de la protagonista.
Como digo más arriba Mariella Devia fue Norma y no cabe duda de que estamos ante un milagro de la naturaleza, ya que no es normal que una cantante a los 68 años de edad ofrezca una frescura vocal como la suya, unida a una excelente técnica. La soprano italiana debutó hace tres años el personaje de Norma en Bolonia y únicamente lo ha ofrecido desde entonces en muy pocos teatros (Valencia, Nápoles, Venecia y ahora Madrid). La suya es una Norma importante dentro de una concepción eminentemente lírica, como no puede ser de otra manera. Su calidad belcantista quedó plenamente demostrada, especialmente durante el primer acto de la ópera, donde ella brilló tanto en Casta diva, como muy especialmente en Ah! bello a me retorna, donde ofreció variaciones de gran dificultad. Al mismo nivel habría que situar los dos dúos con Adalgisa, donde la calidad de la Devia fue incontestable. En los momentos más dramáticos Mariella Devia queda corta, teniendo el buen gusto de no recurrir a artificios para parecer más dramática. No es posible con una voz lírica como la suya afrontar con brillantez la escena con Pollione, que se inicia con In mia man alfin tu sei. En mi opinión se trata de una Norma importante, una de las mejores de la actualidad, pero no es una Norma histórica. En cualquier caso, confieso que disfruté con una auténtica belcantista en esta más que exigente ópera de Bellini para su protagonista.
Stefan Pop y Mariella Devia
El nuevo Pollione era el tenor rumano Stefan Pop, que ha tenido un debut positivo en el Teatro Real. La voz es bella y tiene amplitud suficiente, estando bien emitida. Lo menos interesante de su actuación fue su gran escena del primer acto, donde no me convenció su línea de canto, dando la sensación de estar corto de fiato. Desde luego, muy alejado de lo que exhibió Gregory Kunde hace unos días. A partir del dúo con Adalgisa, las cosas mejoraron de manera notable y me dejó una impresión positiva.
La mezzo soprano georgiana Ketevan Kemoklidze fue una más que notable Adalgisa, tanto vocal como escénicamente. La voz tiene amplitud y está bien emitida, aunque hay algún engolamiento en la zona baja. Canta siempre con gusto, resultando muy expresiva y se compenetró muy bien con Mariella Devia en los dúos.
Fernando Radó fue un sonoro Oroveso, pero no es el bajo que requiere el personaje. De hecho su timbre es muy baritonal y tampoco es muy atractivo.
Repitieron actuación Antonio Lozano en Flavio y María Miró en Clotilde.
El Teatro Real estaba casi totalmente lleno y el público tiró por caminos triunfalistas desde el principio de la representación, convirtiéndose la función en un auténtico homenaje a Mariella Devia, aunque no faltaron bravos también para Kemoklidze y Pop.
Ketevan Kemoklidze y Mariella Devia
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 3 horas y 2 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 32 minutos, es decir 3 minutos más que en el primer reparto de la serie, estando prácticamente toda la diferencia en el primer acto. Siete minutos de ovaciones y bravos.
El precio de la localidad más cara era de 214 euros, habiendo butacas de platea al precio de 204 euros. La entrada más barata con visibilidad costaba 35 euros. José M. Irurzun
Fotos: Javier del Real
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