Homenaje de Brendel con Liszt al fondo
HOMENAJE A BRENDEL CON LISZT AL FONDO
Lección magistral de Alfred Brendel. Liszt: “Sonata en si menor”. Louis Lortie, piano. Mauricio Sotelo: “Ancora un segreto. Sonata-homenaje a Brendel”. Estreno en España. Juan Carlos Garvayo, piano. Ciclo Clásica x Contemporáneos. Auditorio Nacional, Madrid, 4-10-2014.
Xavier Güell ha mostrado siempre una notable imaginación. Lo ha puesto una vez más de manifiesto al crear de nuevo cuño el ciclo Clásicos x Contemporáneos una vez que su anterior y duradera propuesta, Musicadhoy, andaba con claras dificultades económicas. Ahora se sirve del patrocinio de la Fundación Obra Social y Monte de Piedad de Madrid y de las colaboraciones del Inaem y El País para lanzar esta idea, que “nace con la vocación de actualizar la visión de los clásicos y poner en evidencia los orígenes de lo contemporáneo”.
La primera cita de una serie atractiva se ha cumplimentado con franco éxito. La verdad es que el menú era substancioso. En primer lugar, Brendel, ya retirado como concertista y muy activo como conferenciante, impartió su magisterio analizando, con ejemplos al piano, la compleja “Sonata” de Liszt. Ameno, sabio y fino examinador de la partitura. Después, el canadiense Louis Lortie tocó con eficiencia y exactitud, de forma eléctrica y enérgica, aunque su versión difiriera en algunos puntos de la imagen verbal que de la obra nos había ofrecido Brendel en su ponencia, en la que nos mostró meandros líricos y sugerentes claroscuros.
Asistimos más tarde, luego de una presentación hecha por el propio compositor, al estreno en nuestro país de “Ancora un segreto. Hommage-Sonate per Alfred Brendel” de Sotelo, que parte, con el fin de crear un universo armónico, de las tres notas sol con las que empieza la obra lisztiana. Un trabajo refinado y fantasioso en busca de singulares resonancias. Los seis temas que vertebran aquella se vislumbran entre luces y sombras. En el turbulento y cambiante discurso hallamos hasta pasajes sincopados de signo jazzístico. Abundan las manos cruzadas poco antes de la evocación del motivo “Grandioso” de la obra base. Tras unos delicados pasajes pianísimo en la zona aguda del teclado, se da cima a los aproximadamente 18 minutos de música, una hermosa fantasía con Liszt y Brendel al fondo. Arturo Reverter
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