Barcelona rinde homenaje a Victoria de los Ángeles en el primer centenario de su nacimiento
La Fundación que lleva su nombre ha adelantado que la programación será multidisciplinar, se extenderá hasta noviembre de 2024 y contará con la cesión de la Casa Hurtado como sede del Centro de Difusión Musical Victoria de los Ángeles
El 1 de noviembre se cumplirá el primer centenario del nacimiento de Victoria de los Ángeles, una de las efemérides más especiales de este año. Como ocurre con la conmemoración de los 100 años de Alicia de Larrocha, que desde enero reúne en España a primeras figuras del piano en homenaje a su memoria, la Fundación Victoria de los Ángeles hará lo propio hasta noviembre de 2024.
Aunque aún no se han publicado detalles de la programación, sí se ha adelantado que será una agenda multidisciplinar, con actos nacionales e internacionales, que se inaugurará en la Universidad de Barcelona el 1 de noviembre y culminará el 6 de noviembre de 2024 en el Palau de la Generalitat de Catalunya. También se ha anunciado que Vincent Huguet será responsable de la dirección escénica de una gala en el Teatre del Liceu; el Palau de la Música Catalana organizará una muestra que explorará diferentes facetas del repertorio de la soprano; y el Teatro de la Zarzuela de Madrid acogerá también una velada de música española. Además, el Festival de Lied organizado anualmente por la Fundación dedicará toda su programación a la cantante con una propuesta titulada ‘Diálogos posibles e imposibles con Victoria de los Ángeles’.
Una de las novedades de mayor peso es la cesión de la Casa Hurtado por parte del Ayuntamiento, lo que permitirá crear un espacio destinado a la actividad formativa y académica de la Fundación. Estará abierto a la ciudadanía y se proyecta la finalización de las obras en 2025. “La Casa Hurtado es una torre modernista de 403,29 metros cuadrados construida por el arquitecto Guillem Busquets en 1906 como casa de veraneo para la familia de Antonio Hurtado. Consta de planta baja y dos plantas, y la cubierta sigue la tradición constructiva catalana, ya que se trata de azoteas cerradas por balaustradas”, precisan desde el Ayuntamiento de Barcelona.
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