Il prigioniero en Toulouse
ILPRIGIONIERO (L. DALLAPICCOLA)
Théâtre du Capitole de Toulouse. 4 Octubre 2015.
Toulouse abre la nueva temporada de ópera con un programa doble de obras del siglo XX. A esta poco representada ópera de Luigi Dallapiccola, estrenada en Turín en 1949, se añade la más conocida El Castillo de Barba Azul, de Bela Bartok, cuyo estreno tuvo lugar en Budapest en 1918. No son pocos quienes se empeñan en buscar un hilo conductor que una las óperas que componen un programa doble. Muchas veces he dicho que no comparto esa preocupación y que lo que verdaderamente me importa es el resultado artístico de cada una de ellas.
Escena
Il Prigioniero nunca ha gozado de una gran popularidad y generalmente se ofrece como aperitivo de otra ópera más importante. Así ocurrió en nuestro país, cuando se programó tanto en el Liceu de Barcelona como en el Teatro Real de Madrid. Y así también ha ocurrido en Toulouse.
La dirección escénica ha estado encomendada a Aurélien Bory, que ha hecho un trabajo interesante y dando un paso más que el que suele corresponder a una producción minimalista. No hay escenografía propiamente dicha, sino un telón en el centro del escenario, en el que se proyectan imágenes bastante abstractas, pero que sirven bien al ambiente de la ópera. El vestuario de Sylvie Marcucci es bastante intemporal, en tonos oscuros para la madre y el carcelero, mientras que el protagonista viste una larga camisa blanca. El ambiente es muy oscuro, sacando un buen partido de ello la iluminación de Arno Veyrat. La dirección escénica es adecuada, siendo lo más criticable el hecho de no haber envejecido más a la intérprete de la Madre, ya que parecía más bien la hermana del Prisionero. En conjunto podemos hablar de una producción de bajo coste, que funciona razonablemente bien.
La dirección musical ha estado encomendada al italiano Tito Ceccherini, cuya carrera está muy centrada en óperas del siglo XX y hasta contemporáneas. Su dirección me ha parecido francamente buena, aunque abusara de volumen orquestal en ocasiones, especialmente teniendo en cuenta las voces que había a su disposición en el escenario. Buena la prestación de La Orchestre National du Capitole. Bien también el Coro del Capitole, cantando en interno, dando la impresión de estar su sonido amplificado.
El protagonista, el Prisionero, era el barítono turco Levent Bakirci, que lo hizo bien, con una voz un tanto modesta y blanquecina por arriba. Buena la actuación de Tanja Ariane Baumgarten en el personaje de la Madre, una estupenda actriz-cantante. Adecuado, el tenor Gilles Ragon como Carcelero e Inquisidor.
La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 49 minutos. Cinco minutos de aplausos. José M. Irurzun
Fotos: Patrice Nin
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