Bienal de Venecia
España, protagonista de fondo
Obras de A. Pärt, O.Neuwirth y L.Nono. A.Caiello, P.Rozario, R.Abbondanza, P.Gallois. Orquesta de la Fenice. B.Kontarsky, director. Teatro La Fenice. Venecia, 14 de octubre.
El jueves, 14 de octubre, empezó la sección musical de la Bienal de Venecia en el emblemático Teatro La Fenice con un concierto que incluyó obras del autor de Estonia Arvo Pärt, la austriaca Olga Neuwirth y el italiano Luigi Nono. Sin embargo el elemento de fondo fue España, protagonista de tres de las cuatro partituras. La primera de ellas, la de Pärt, “Como cierva sedienta”, obedeció en su estreno de 1998 a un encargo del Festival de Música de Canarias y ahora se ha dado a conocer en Italia. Sus treinta minutos de duración plantean una estructura muy simple en su escritura, de carácter musical lento y tema bíblico, con muy pocas variaciones. El texto del salmo fue cantado por Patricia Rozario dejando constancia de las dificultades de la tesitura y con alguna nota descolocada. Parte del público protestó la obra y no sin razón.
Mayor interés tuvieron los veinte minutos del “Zefiro aleggia… nell’infinito” de Olga Neuwitth, encargo de la Bienal y estreno absoluto. Se trata de un ejercicio para fagot y orquesta en el que se explotan al límite las sonoridades del instrumento, incluso buscando sonidos no habituales que obligaron al solista Pascal Gallois a forzar la posición y casi parecer que poseía una ametralladora en sus manos, lo que también reflejaban sus notas en ocasiones.
Cerraron el concierto “Epitafio 1 España en el corazón” y “Epitafio III Memento. Romance de la Guardia Civil española” de Luigi Nono, con textos de Lorca y Neruda. Estrenadas a principios de los cincuenta, su estética suena hoy algo trasnochada, y su valor se vislumbra más en la denuncia que en la propia calidad musical, muy especialmente si se interpreta tan regularmente como lo hicieron la Orquesta y los Coros de La Fenice. Falló la conjunción y el entendimiento con el director Bernhard Kontarsky.
Lo más interesante de la velada para el visitante fue comprobar la restauración del teatro, muy criticada por algunos que hubieran preferido la construcción de un espacio moderno. Lo cierto es que en veinte años esta Fenice parecerá la antigua, donde Verdi estrenó la “Travista” con que oficialmente se reinaugurará el 12 de noviembre. Hoy brillan demasiado sus recargadísimos dorados. Gonzalo ALONSO