INAUGURACIÓN DEL CONCURSO DE CANTO FRANCESC VIÑAS
INAUGURACIÓN DEL CONCURSO DE CANTO FRANCESC VIÑAS
Sala del Consell de Cent del Ayuntamiento de Barcelona. 12 enero 2013.
El Concurso de Canto Francesc Viñas cumple este año sus bodas de oro, lo que siempre es un acontecimiento en la vida de cualquier persona o institución, pero más todavía si se trata de un concurso de canto, nacido de la pura iniciativa privada de los descendientes del afamado tenor catalán.
La presentación se ha hecho en el Ayuntamiento de Barcelona, siendo el acto presidido por el alcalde de la ciudad, Xavier Trías, en un marco precioso, que estaba abarrotado de público, estando presentes autoridades, la familia Vilardell, con Miguel Lerin como factotum del concurso, y el Jurado internacional, presidido por Joan Matabosch, director artístico del Liceu de Barcelona.
Francisco Viñas
Al iniciar el acto, se informó que Mirella Freni no podría acudir a formar parte del jurado del concurso por estar enferma y sería sustituida por Rockwell Blake. Creo que pocos pueden saber tanto de técnica de canto como este inmenso tenor americano, ya retirado. También se nos informó que Sonia Ganassi, anunciada para cantar el recital de inauguración junto a Mariella Devia, había tenido que cancelar, por lo que la señora Devia sería la única protagonista del recital.
Tras una intervención de Joan Matabosch, que leyó el pregón del concurso, incidiendo en la importancia de la iniciativa privada en la cultura y en el papel fundamental del Liceu en la vida cultural catalana, pasamos al recital de la soprano Mariella Devia, que ha sido la gran figura de la noche.
La soprano italiana ha ofrecido un programa generoso y exigente, todo él dedicado al belcanto italiano, de Bellini a Puccini (¿por qué no?), pasando por Donizetti y el primer Verdi. El progrma ha sido muy exigente, con nada menos que 8 arias de ópera, todas ellas de mucho compromiso, además de un par de canciones de Bellini para abrir la velada.
Abrió el recital con las dos canciones mencionadas de Vincenzo Bellini, Per Pietá bell’idol mío y Malinconia, ninfa gentile, que sirvieron para mostrar buen gusto y calentar la voz. Siguió una destacada interpretación de Casta Diva, de Norma, donde demostró que está en plenas facultades físicas, cantando con mucho gusto.
Siguieron dos comprometidas páginas de Donizetti. En primer lugar el recitativo y aria de Maria Stuarda O nube!… Nella Pace del mesto riposo, donde mostró excelente fraseo, musicalidad y gran frescura vocal. Siguió el aria Al dolce guidami, de Anna Bolena, acompañado de su recitativo inicial. Aquí Mariella Devia mostró sus grandes cualidades belcantistas.
Siguió con Verdi, con dos exigentes arias. La bien conocida de Medora, de Il Corsaro, Non so le tetre immagini, en la que cantó de manera excelente, siguiendo con la cabaletta Non fu sogno, de la Giselda de I Lombarda, interpretación que arrancó bravos espontáneos de la audiencia, que llenaba la sala.
Terminó el recital con la interpretación del aria Ch’il bel sogno di Doretta, de La Rondine de Puccini, cantada con mucho gusto y excelente línea belcantista.
Ante los aplausos del público puesto en pie, dedicó dos propinas. En primer lugar el Vals de Musetta, finalizando con una estrofa del Addio del Passato, de La Traviata, cantado con gran emoción.
Éxito grande Mariella Devia. Cuando se retiraba, un espectador le gritó “Sei un miracolo”. Tenía toda la razón. Ese estado vocal a los 64 años desafía las leyes de todas las ciencias.
El recital duró nada menos que 57 minutos, sin interrupción. Quiten los entusiastas aplausos y todavía quedan prácticamente 40 minutos de canto puro – nunca mejor dicho – y duro. Efectivamente, un milagro. Jose M. Irurzun
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