INCOMPRENSIBLES PRODIGIOS
INCOMPRENSIBLES PRODIGIOS
He tenido a lo largo de mi vida la oportunidad de entrevistar a intérpretes que fueron niños-prodigio. A todos ellos siempre, en algún momento de la entrevista, les formulé la misma pregunta: ´Cómo se puede explicar una cosa así´. Y todos, sin excepción, se fueron por los cerros de Úbeda al contestar; sencillamente, no sabían qué decir. Y una vez en una conferencia le escuché a Luis de Pablo algo muy interesante. Algo así como que la explicación a este fenómeno debe de ser física; que llegará el momento en el que se descubra que la razón por la que un niño determinado es capaz de tocar un instrumento prodigiosamente reside en su propio físico, en tal o cuál cantidad de tal o cuál sustancia alojada de tal o cuál manera en tal o cuál parte de su cuerpo. Bueno; será una explicación insuficiente, desde luego, pero al menos aplacará algo a los incrédulos. El asunto tiene algo de metafísica religiosa: Dios explica la existencia del mundo o para explicar el mundo se inventa uno a Dios…
Esta semana se nos van a revolver de nuevo las neuronas. Porque una niña de 14 años que toca el violín desde los dos se va a presentar en el Auditorio Nacional, dentro del ciclo La Generación Ascendente, de la Fundación Albéniz. Se llama Ellinor D´Melon. En realidad, ya lo había hecho en la sala Sony del auditorio de la Escuela Reina Sofía, donde estudia desde el año 2010. Entonces interpretó una ´cosilla´ como la Sinfonía española de Lalo. Ahora, en este concierto, lo hará acompañada al piano por Vadim Gladkov, también formado en la Escuela, en la cátedra de Dmitri Bashkirov.
Ellinor D´Melon es jamaicana, hija de músicos cubanos. Menuhin, que tenía una idea muy singular acerca de los niños-prodigio (¨A pesar de que tocaba muy bien, no sabía lo que tocaba”, dijo en una entrevista para la revista RITMO en 1988, al referirse a las Sonatas y partitas de Bach que tocaba de niño) la llamó para hacerle una audición cuando tenía nueve años, y quedó sorprendido por su talento. Y a partir de ahí los conciertos, y los galardones, se han sucedido hasta hoy. ¿En qué punto se encuentra en este momento? Es muy importante, y sumamente placentero, hacer este tipo de seguimientos. Como dice Paloma O´Shea, hay pocos espectáculos más fascinantes que el que nos regalan los jóvenes músicos cuando abordan una partitura maestra con aire nuevo. Y D´Melon no se ha andado por las ramas al escoger el repertorio: Wieniawski, Tchaikovsky y Saint-Saëns para lucir su técnica, pero también Schubert y Bethoven. Que, claro, siempre suponen algo más. Pedro González Mira
Ellinor D´Melon, violín; Vadim Gladkov, piano. Obras de Beethoven, Schubert, Wieniawsky, Tchaikovsky y Saint-Saëns. Auditorio Nacional de Música, Sala de Cámara. Jueves 30, 19.30. 8 €. Entradas en taquilla.
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