Inconcebible
Inconcebible
A cualquier ciudad le gustaría tener entre sus hijos del pasado a alguna celebridad musical que permitiese una recuperación a bombo y platillo. Véase si no los casos valenciano y bilbaíno con Martín y Soler o Arriaga. Igualmente los teatros, ahí están los ejemplos del Real (Arrieta, Carnicer, Albéniz, etc) y del Liceo (Pedrell, Cuyás). Pero Sevilla es diferente.
Sevilla puede ufanarse de la figura de Manuel García y por ello sería de esperar que la Junta de Andalucía y el Teatro de la Maestranza se volcasen en la recuperación de ese Don Chisciotte que tan buena impresión causó en Tomelloso. Inexplicablemente, García está encontrando en su ciudad natal más dificultades que en ningún otro sitio. El título ha sido incluido en un inédito ciclo llamado “Ópera para todos los públicos”, a las seis de la tarde, cuando Don Chisciotte no es en absoluto una ópera para niños. Ha habido un extraño baile de cifras en el número de representaciones. Se anunciaron (y sacaron a la venta) tres funciones, que hasta hace un mes se habían quedado en una. Curioso: después de que se publicase en la red un artículo de denuncia, el Maestranza ha decidido dar una segunda representación. Si antes no había dinero para una, ¿cómo ahora sí lo hay para dos? Todo esto no es más que el culmen de toda una cadena de despropósitos que arranca de años atrás, cuando el anterior director del Maestranza programó un homenaje a Manuel García para la temporada 2004-2005 que acabó por llevarse a cabo de forma devaluada después de que la Maestranza cambiase de manos y se quisiese hacer cuenta rasa con el pasado.
Ha hecho falta un rapapolvo – y quizá las influencias de una peculiar corista- para que, por obra de magia, la Sociedad Estatal para Conmemoraciones Culturales sí disponga de dinero para el Maestranza (pero no para el Villamarta de Jerez, que ha desprogramado el título por problemas de presupuesto) y para que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía ponga fondos para grabar esta joya. A quien ya nadie apoya es a la responsable de la recuperación, a la productora K.L. Ópera, que habrá de renunciar a su legítimo beneficio para que la dirección del Maestranza no sufra un ataque de celos y pueda vender la imagen de un teatro preocupado por la recuperación de nuestro legado musical. BECKMESSER.COM
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