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Querido Manolo
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Por Publicado el: 09/03/2006Categorías: Artículos de Gonzalo Alonso

Instituciones “nacionales”

Instituciones “nacionales”
Está muy de moda esto de las “naciones” y las “nacionalidades” y en música también. Sin ir más lejos se ha desarrollado un ciclo en la sala de cámara del Auditorio Nacional bautizado algo así como “Música y nacionalismos”. Pero no tratamos hoy de las músicas de contenido más o menos nacionalistas, sino de instituciones que llevan tal apellido.
¿Qué objetivos debería cumplir una orquesta que se defina como “nacional”? ¿Hasta qué punto los cumplen las que así se denominan? ¿Existen otras que, sin tal denominación, desarrollan en cambio aquellos objetivos? ¿Tienen sentido los “contenedores nacionales”? Son preguntas que posiblemente tengan respuestas diferentes en el tiempo.
Parece haber consenso en que una orquesta nacional debería presentar unas líneas de actuación muy concretas. Así investigar, recuperar y divulgar el repertorio del patrimonio histórico de su nación. Igualmente apoyar y dar a conocer la nueva creación y sus intérpretes. Tales actividades no sólo en los conciertos en directo, sino también mediante publicaciones discográficas. Y esta labor habría de ser realizada con una proyección tanto interior como exterior, ofreciendo estas músicas por toda su nación y en otras naciones. Debería además luchar denodadamente por ser la mejor de su nación.
¿Cumplen con tales premisas agrupaciones como la Orquesta Nacional de España o la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña? Es más que dudoso, aunque resulte muy loable el intercambio mutuo de esta semana. En un caso el nombre tuvo un sentido en su creación y en años posteriores, pero hoy se ha perdido. En el otro, basta leer su programación para comprobar que el apellido es sólo un algo añadido desde las alturas.
Pero hay más. En Madrid existe un claramente mal llamado Auditorio Nacional, sede de la orquesta del mismo nombre, pero gran contenedor de actividades de terceros. ¿Debe el Estado español financiar o recaudar y hacer negocio los conciertos privados de BMW o Banesto? ¿Qué tiene de “nacional” tal actividad? Lo lógico sería que este auditorio dependiese de la CAM o el Ayuntamiento, instituciones que sorprendentemente no han sido capaces de construir unos propios. Ya ven que queda mucho por hacer en política musical, porque no abunda el sentido común ni las ganas de meterse a fondo en los asuntos.

Gonzalo ALONSO

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