¿Está en internet el futuro de la ópera?

La irrupción del streaming en el consumo individual de cultura ha traído consigo una mayor inversión en equipo técnico

Jonas Kaufmann y Helmut Deutsch en el concierto por streaming desde el Met

Al avance de la pandemia se unió irremediablemente la apuesta por las emisiones en streaming, que se impuso como el principal canal de difusión cultural. Al mismo tiempo que los teatros abrían gratuitamente sus archivos se pidió a los artistas que actuasen desde su casa, construyendo así una programación alternativa a la que el coronavirus se llevó por delante.

De esta manera, durante el confinamiento fueron tan populares las óperas por streaming como los ciclos de recitales en directo.

Si la pantalla sustituyó al escenario y los altavoces al sonido en directo, la tecnología debía acercarse a la experiencia real al máximo posible, un reto especialmente difícil para géneros como la ópera y la música clásica.

Mientras que otros géneros musicales y escénicos ya hicieron su transición a la radio o la televisión mucho antes de que se decretase en confinamiento global, para la ópera no era fácil decir adiós a los teatros: la acústica de los teatros y auditorios, el ritual de los conciertos, el estrecho vínculo entre artistas y público son indispensables en cualquier disciplina artística, con especial énfasis en este tipo de música.

Sin embargo,  la apuesta por lo digital ha multiplicado las expectativas sobre el alcance de la difusión virtual. Instituciones como la Ópera de Berlín, el Metropolitan de Nueva York o el Teatro Real han registrado cifras récord de visitas y usuarios, lo que demuestra que un nuevo camino se abre para la ópera. Un camino que solo apunta hacia delante.

Por otro lado, las empresas tecnológicas han visto también crecer sus ventas de equipo de grabación y de sonido, tanto a nivel profesional como amateur, incentivando la investigación hacia mejoras en equipos domésticos. “Nunca fue tan fácil grabar y compartir música desde casa”, constatan los responsables de la plataforma Zoom, que durante el confinamiento ha acogido conciertos, presentaciones de temporada y debates.