Crítica: Jordi Savall brilla dirigiendo Vivaldi
JUDITHA TRIUMPHANS (A. VIVALDI)
Auditori de Barcelona.
17 Octubre 2018. Versión de Concierto
Juditha Triumphans es el único oratorio de Antonio Vivaldi que ha llegado completo a nuestros días. Fue bautizado por su autor como Oratorio Sagrado-Militar y de alguna manera conmemoraba la victoria de los venecianos ante los turcos que llevó a la firma de la paz en 1716. Es precisamente en este año en el que se estrena la obra en el Ospedale della Pietà, donde era músico y profesor Antonio Vivaldi. El hecho de que en dicho asilo no hubiera sino chicas alojadas explica que todos los personajes (5) del oratorio sean interpretados por mujeres.
Juditha Triumphans no es una obra frecuente, pero tampoco es tan rara, ya que en los últimos años ha habido oportunidad de verla en algunos teatros. La última de ellas fue hace dos años en Ferrara, pero el año anterior se había representado en La Fenice de Venecia. Ahora llega a Barcelona en esta versión de concierto, dirigida por Jordi Savall, en una gira europea que ha tenido paradas anteriores en la ciudad francesa de Beaune, así como en la Philharmonie de París.
Indudablemente, el gran mérito de ofrecer esta poco conocida obra de Vivaldi se debe al director catalán Jordi Savall, que ha ofrecido una versión muy competa del oratorio, dirigida con mimo y en la que se ha ofrecido incluso una sinfonía que no estaba anunciada en el programa y que ha durado prácticamente 10 minutos, habiendo permitido brillar a al concertino Manfredo Kraemer y a la orquesta. Jordi Savall ha contado con una muy buena colaboración por parte de su Le Concert des Nations. En la parte coral ha estado brillantemente la Capella Reial de Catalunya, compuesta por 12 mujeres, de modo que todas las voces presentes en el concierto han sido femeninas.
Las partes solistas fueron interpretadas por cinco mujeres, 2 sopranos y 3 mezzosopranos. En todos los casos las intervenciones han tenido una gran musicalidad y buen gusto, aunque el tamaño de sus instrumentos resultaba un tanto reducido.
La mejor parte entre los solistas correspondió a la mezzo soprano noruega Marianne Beate Kielland en la parte de Judit y a la soprano escocesa Rachel Redmond en la parte de Vagaus. Buena impresión también la dejada por la soprano española Lucía Martín-Cartón como Abra, la criada de Judit. La mezzo italiana Marina de Liso fue Holofernes y, finalmente, la también mezzo noruega Kristin Mulders dio vida a Ozias en la segunda parte de la obra.
El Auditori ofrecía una ocupación de alrededor del 70 % de su aforo. El público se mostró cálido con los artistas en los saludos finales.
El concierto comenzó con nada menos que 11 minutos de retraso y tuvo una duración de 2 horas y 52 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 21 minutos. Siete minutos de aplausos.
El precio de la localidad más cara era de 84 euros, costando la más barata 30 euros. José M. Irurzun
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