Juan Carlos Adrianzén: Bogotá, próxima parada
Próxima parada: Bogotá
Cambios en la gestión de teatros latinoamericanos
El saliente director del Gran Teatro Nacional, que ha pasado por Madrid, explica las razones de su renuncia y los nuevos retos que lo llevan a Colombia
Plácido Domingo, Joyce DiDonato, Juan Diego Flórez y Jonas Kaufmann cantaron sobre su escenario. También maestros como Zubin Mehta nos ofrecieron lo mejor del arte. Fue allí donde asistimos al estreno mundial del oratorio “El movimiento y el sueño”, del compositor peruano Celso Garrido Lecca. Allí podemos ver y escuchar a la Orquesta Sinfónica Nacional. Un espacio que acoge al Festival de Cine de Lima en sus ceremonias de inauguración y clausura. El Gran Teatro Nacional también se ha visto abarrotado por la presencia de Pelo Madueño. Allí se presenta lo mejor de nuestro folclor. Danza, espectáculos multidisciplinarios y más. Se trata del espacio mejor aprovechado de nuestra escena cultural. Y detrás de todo ello, el trabajo constante y la mano firme de Juan Carlos Adrianzén.
Por eso, hace unas semanas nos tomó desprevenidos su renuncia a la dirección del teatro. Un puesto en el que se encontraba desde la creación en el2012 de esta importante área del Ministerio de Cultura y en el que había realizado una labor impecable, más allá del gobierno de turno o de los cambios de ministro.
Si la continuidad ha sido una característica en su trabajo, esto se refleja incluso en el afianzamiento de una programación ininterrumpida dirigida a los públicos más diversos. Y, por si fuera poco, un programa de formación de nuevos públicos que es una de sus metas más importantes. Por ello, la salida de Adrianzén durante la gestión del ministro Jorge Nieto fue una sorpresa. Él mismo lo explica: “Uno como profesional tiene inquietudes, ganas de moverse y cambiar. Y hay que saber en qué momento tomar esas decisiones. Estuve en el teatro desde el inicio, pero sabía que en algún momento me iba a marchar tanto por mí como profesional como por la institución misma. Porque las instituciones tienen que renovarse. Lo que no esperaba era que todo sucediera en este momento”, nos cuenta.
“Un puesto como este depende de la confianza que te ofrece tu jefe, en este caso el ministro de Cultura. Si no tienes esa confianza, es difícil continuar y es el momento de dar un paso al lado. Lo irónico es que apenas me fui cambiaron las cosas e ingresó un ministro con quien tengo empatía y una mirada similar”. Se refiere a Salvador del Solar, quien asumió el cargo el pasado 5 de diciembre. Para entonces, Adrianzén ya tenía decidido cuál sería su siguiente paso.
En los próximos días, Juan Carlos Adrianzén asumirá el cargo de director de progranación del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo en Bogotá. “Somos teatros con un tiempo de acción muy parecido”, explica Adrianzén. “Ellos inauguraron unos meses antes nada más. Desde entonces hemos tenido una relación muy cercana. Me conocían y se estaba generando un espacio de cambio en Bogotá, así que me hicieron la propuesta. Sin duda lo pensé, hice un ejercicio de desapego y decidí iniciar una nueva aventura. Es un teatro muy similar al nuestro en dimensiones y programación. A mí me corresponde el trabajo de programación, ver los contenidos y la articulación de los mismos. Ramiro Osorio es el director general, un profesional muy reconocido en Latinoamérica. Fue el primer ministro de Cultura que tuvo Colombia”.
Ante los logros de la política cultural en Colombia, uno se pregunta: ¿cómo lo hicieron? Lo cierto es que no ha sido producto de luchas aisladas, sino más bien de una decisión política que comprometió a todas las instancias de la sociedad. No se trató de una declaración demagógica, sino que se hicieron verdaderos planes a favor de la cultura. “Se trata de un plan nacional al margen del gobierno de turno”, comenta Adrianzén.
“Para llegar a una decisión así se tiene que entender que la cultura es un arma poderosa para la creación de ciudadanía. Porque la cultura es un puente hacia la paz, le da visibilidad a la diversidad que existe en nuestros países y genera turismo, entre otras cosas. Todo eso estuvo en la mesa de discusión y se creó un plan en el que intervinieron todos los interesados. Es una política de Estado. Y eso nos falta”. Lo que es cierto. En el Perú nos hace falta diálogo y entender que la cultura favorece en todos los aspectos a un país.
Adrianzén piensa que las metas del Gran Teatro Nacional recién han comenzado a consolidarse. “Son muchas las metas que nos propusimos y que se consolidaron”, señala. “Como fue el caso de la formación de nuevos públicos. Pero creo que tan importante como eso fue crear un tipo de programación diverso y representativo tanto en términos locales como internacionales. Ese ha sido un gran logro. El Gran Teatro es el único escenario nacional en todo el país: no tenemos un auditorio nacional ni un teatro del folclor, como sucede en otros países. De manera que es un escenario que hay que saber compartir. Es un logro haber sabido convivir con espectáculos y públicos tan diferentes. Cuando me despedí del personal, les ofrecí disculpas por tantas exigencias para hacer unas 300 actividades al año con un equipo reducido y tantas limitaciones económicas. Por supuesto, otros temas han quedado pendientes”.
Ante los logros de la política cultural en Colombia, uno se pregunta: ¿cómo lo hicieron?
El camino por recorrer recién se inicia y todavía no se han tomado las decisiones necesarias. Seguimos atrasados en muchos aspectos. Tanto que incluso al designarse a Salvador del Solar como nuevo ministro de Cultura, las primeras voces en contra señalaron que solo se trataba de un actor. Tremenda ignorancia porque un actor no está descalificado para un cargo público por el solo hecho de ser actor, más allá del currículum que Del Solar pueda tener en leyes o en gestión.
“Leyendo los miles de comentarios en las redes sobre el tema, pensé en el poco conocimiento de nuestro sector que tiene la población”, dice Adrianzén. “¡Qué poco valiosos somos para la sociedad! Un tema como este tiene que generar una reflexión: ¿por qué nos ven así? Porque, obviamente, una serie de gobiernos ha minimizado el papel del artista y la importancia de la cultura. No saben que un actor o un pintor, por ejemplo, tienen un tiempo de formación tan amplio y difícil como el de cualquier otro profesional. Y en el caso de Salvador del Solar, él es, sin duda, una persona muy valiosa para el ministerio. Ojalá consiga que se haga realidad el plan del presidente Kuczynski, que es aumentar el presupuesto de cultura. Y creo que otra de sus principales tareas es sacar adelante la ley de mecenazgo que, sin duda, le dará independencia al sector. Está demostrada en realidades cercanas que esta ley funciona”.
Juan Carlos Adrianzén se embarca en una nueva aventura y no deja por ello de pensar en próximas colaboraciones entre los teatros de Lima y Bogotá: “Por supuesto, el ministro Del Solar tiene mi apoyo y al seguir en el sector soy un aliado más desde mi puesto en el Teatro Mayor de Bogotá”. Alberto Servat (Luces)
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