Juan Carlos y Plácido, vidas finales paralelas
Juan Carlos y Plácido, vidas finales paralelas
El pasado día 5 cumplió años en Abu Dabi nuestro Rey Emérito y poco después, el día 21, lo hizo nuestro tenor Plácido Domingo. Les separan sólo tres años y les une más de una cosa. La más importante: la amargura en sus últimos tramos de vida.
Corrían los primeros años setenta cuando vivimos una crisis causada por el petróleo que resulta quizá el antecedente más parecido a la actual energética. Wall Street se hundió un 50% desde el máximo que registró el S&P 500 el 11 de enero de 1973 hasta el suelo del 4 de octubre de 1974. El crudo se disparó y la inflación alcanzó picos del 14% en 1980. Por aquel tiempo, por motivos que no vienen al caso, tuve bastante relación con políticos del máximo nivel de la época y me llegó una curiosa historia cuya verosimilitud desconozco, pero que “se non è vero, è ben trovato”. El gobierno, en plena decadencia física y mental de Franco, se encontró en una precarísima situación y habría solicitado la intercesión del entonces Príncipe Juan Carlos con su amigo el Rey de Arabia Saudí a fin de intentar asegurarse el suministro de petróleo. Según esa historia, Juan Carlos lo consiguió, pero el rey saudí puso una condición: el príncipe habría de recibir cierta cantidad de dólares por cada barril suministrado. Los gobiernos posteriores, de UCD, el PSOE y el PP lo habrían conocido y respetado, hasta un día en que…
Quizá podría ser aquello el origen de la supuesta fortuna de nuestro Emérito. Entonces no tenía las responsabilidades que alcanzó después y que ni siquiera era seguro alcanzase. Tampoco existía el modelo fiscal 720. El caso es que su patrimonio, sus dos regularizaciones y las mujeres han sido la causa de una caída en desgracia que no se merece si se consideran sus muchos servicios a España y menos cuando no ha sido encausado.
Tampoco lo ha sido Plácido. Tras una carrera brillantísima, batiendo todos los Guinness musicales e incluso comparándosele con Caruso, también cayó en desgracia, también por mujeres y también, no sólo sin un juicio, sino sin una acusación formal. Durante 54 años estuvo afiliado en EEUU al sindicato AGMA, el que abrió una investigación para no llegar a ningún lado, pero sí para perjudicar el nombre del artista hasta el punto de imposibilitar prácticamente su carrera en el país. Juan Carlos en Abu Dabi, sin saberse cuándo regresará a su país, y Plácido viajando por Europa sin poder actuar en EEUU. Este por culpa de un sindicato y el primero de unos partidos políticos que desde el gobierno le vienen vetando.
Pero ambos mantienen otra cosa en común: aquellas galas de reyes en el Auditorio Nacional promovidas por Doña Sofía en el día previo al del cumpleaños de su marido y en las que Plácido era anfitrión musical. En la de 1993 actuó Monserrat Caballé en un esperado reencuentro y en 1998, en el Teatro Real, José Carreras, siendo muchos los cantantes españoles participantes a lo largo de los años. Duraron hasta que Juan Carlos dijo con su campechanería habitual “¡Dejad ya de hacerme la puñeta cantándome el cumpleaños feliz en el Auditorio!”
Esperemos que uno y otro vuelvan pronto a sus vidas normales. Gonzalo Alonso
El paralelismo es correcto. Por la edad de ambos y por las acusaciones sin pruebas. Son víctimas del fanatismo y la arbitriaridad de algunos políticos ignorantes.