Justicia poética
Cuando en su ciudad fue nombrado responsable de la vida cultural llegó como un profeta de la modernidad y comenzó destituyendo a todos los responsables de las instituciones culturales dependientes del ayuntamiento, a los directores de dos teatros y al gerente de la orquesta, justo cuando mejor lo estaban haciendo. Cuando se le preguntaba el porqué de esas sustituciones, su respuesta era siempre la misma. “No dan el perfil que deseamos”. Pero la Poesía a la que tan aficionado es le devuelve en frío el plato de la revancha años después de la mano de la nueva ministra que, para justificar su cese, dice: “Ha hecho una gran labor pero en esta nueva etapa necesitamos un perfil diferente”. ¡Poesía, divina Poesía!