Khovanshchina en Munich
Premier en Munich
De clanes políticos a manadas de simios
“Khowanschina”. P. Burchuladze, K.F. Vogt, V. Alexejev, A. Kotscherga, D. Soffel. Orquesta y Coros de la Bayerische Staatsoper. D.Tcherniakov, dirección escénica. K.Nagano, dirección musical. Munich, 18 de marzo.
“Rigoletto”. P.Gavanelli, O.Sala, J.Calleja, M.Murano, E.Maximova. D.Dorrie, dirección escénica. F.Haider, dirección musical. 17 marzo.
Kent Nagano se enfrentaba a un reto un tanto difícil en su segunda premier como titular de la Ópera de Munich. “Khowanschina” es una obra que muy pocos teatros fuera de Rusia pueden poner en pié, dada la complejidad de la parte coral, una de las más importantes de la historia lírica. No sólo hace falta un coro enorme, sino que sean capaces de retener en ruso un texto largísimo. Munich ha afrontado el reto y lo ha superado con sobresaliente gracias fundamentalmente a su formidable coro, vitoreado hasta la saciedad en los saludos finales. También cumplió la orquesta, bajo la muy ordenada y precisa batuta de Nagano, que eligió la orquestación de Shostakovich con el final de Stravisnky. Huyó del efectismo fácil tanto como lo hizo la dirección escénica del ruso Dmitri Tcherniakov, triunfador en Berlín con “Boris Godunov”. Producción aséptica en los decorados, cinco paneles simultáneos con paredes de hormigón visto, que busca lo imperecedero de los hechos, la tragedia del destino y que plantea con agilidad las intrigas por el poder de los diferentes clanes políticos. Formidables las voces de los papeles masculinos, tanto las graves de Burchuladze, Alexejev y Kotscherga como la del tenor Vogt. La ya veterana Doris Soffel cumplió en el rol de mezzo posiblemente más importante de la música rusa, aunque sin duda habrían podido encontrase artistas en mayor plenitud. Lo importante en esta obra es el conjunto y éste resultó difícil de mejorar.
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