Crítica: Un sobresaliente King Arthur en el Real
Un sobresaliente King Arthur en el Real
“King Arthur” de Purcell. Vox Luminis. Dirección musical: Lionel Meunier. Dramaturgia: Isaline Claeys. Narrador: José Luis Martínez. Auditorio Nacional. Madrid, 28 de marzo de 2022.
El Teatro Real viene dedicando parte de sus esfuerzos a la no existente ópera inglesa, de la que Purcell y Britten son sus más emblemáticos representantes. Currentzis, que nos visita estos días, ofreció “The Indian Queen” con regia de Peter Sellars en 2013 y en 2019 pudimos asistir a un peculiar espectáculo con “Dido y Aeneas” a cargo de la Akademie für Alte Musik. Le llega turno ahora a “King Arthur”, que escuchamos en versión de concierto en Madrid en 2014, en Pamplona en 2019 con Paul McCreesh al frente de los Gabrieli Consort & Players y hace poco en Barcelona. Se trata de una “semi ópera”, en su día un espectáculo teatral con prosa y música en el que se hablaba, cantaba y bailaba, muy al gusto de la época y no sólo en aquel país, sino también en el nuestro.
En “King Arthur” hay un narrador –excelente la prestación del actor José Luis Martínez– que nos cuenta la historia del rey y su amada ciega Emmeline en medio de las luchas entre britones y sajones, ayudados por la magia de Merlín y Osmond. El final supone la creación de la estirpe anglosajona. En medio de esta narración tienen lugar intervenciones musicales a cargo de personajes mitológicos como Venus, Eolo o Pan.
El Teatro Real ofreció un espectáculo con una parca pero efectiva dramaturgia de Isaline Claeys, estrenada recientemente en el francés Théatre Hardelot de Condette y una excelente intervención musical de la formación Vox Luminis, compuesta por algo menos de una veintena de instrumentistas y una docena de coristas, entre los que figuraron esta vez reconocidos especialistas barrocos como Sophie Junker, Zsuzsi Tóth, Caroline Weynants, Alexander Chance, Hugo Hymas, Sebastian Myrus o el propio director artístico Lionel Meunier. Fueron los miembros del coro, admirable en todo momento por musicalidad y entusiasmo, los encargados de las partes solistas, sobresaliendo las sopranos Zsuzsi Tóth, Sophie Junker y Caroline Weynants.
El público, que llenaba el teatro, disfrutó con una interpretación sobresaliente tanto instrumental como coral y narrativa y ovacionó larga y calurosamente en los saludos finales. Sólo con calidades similares es posible traer hoy este tipo de obras. El Real completó su programación barroca con un único concierto en medio de las impactantes representaciones de “El Ángel de fuego”, quedando un tanto fuera de contexto. Gonzalo Alonso
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