La ambición rompe el saco al Teatro Real
Ya ven en lo que ha quedado todo el proyecto con la Filarmónica de Berlín que con tanto bombo y platillo presentaron Mortier y Marañón, con viaje incluído a Salzburgo.
El caso es que el proyecto se derrumbó como la pretensión de los nunca suficientemente sobrevalorados Cesar Antonio Molina y Juan Carlos Marset -¡qué gran daño hicieron en tantos sitios, Real incluído!- para colocar a Mortier en el Liceo y a Lissner en Madrid. Nuevos ricos culturales.
Aquí les hemos ido contando todo a medida que los hechos fueron insinuándose:
No habrá Parsifal con los de Berlín en el Real
Mortier vuelve a la inexactitud
Tiempos peores para la Filarmónica de Berlín
Al final se ha podido llegar a un acuerdo “razonable” gracias a que los berlineses estaban en Madrid tocando dentro de los dos ciclos de Ibermúsica. Se iban a poner las botas, ellos y sus agentes, simultaneando conciertos y ópera, pero llegó el tío Paco con la rebaja y es que la ambición rompe el saco.
Aún así podemos hacernos tres preguntas: Primera: ¿Tiene sentido que el Real, en los tiempos que corren, pague 750.000€ por tres conciertos por muy Berlín que sea la orquesta? Segunda: ¿Cómo responderán quienes hayan comprado una entrada para “Flauta mágica” y ahora tengan un concierto y un recital de Katia y Marielle Labeque, Maria Bayo o Measha Brueggergosman del programa de Noches del Real? Aquí por cierto, le ha venido Dios a ver al teatro, ya que no había forma de vender estos conciertos. Nuestra respuesta a la primera pregunta es “No”, salvo que los berlineses fuesen a demandar al Real. A la segunda es que sólo un bajo porcentaje solicitará la devolución del importe de las entradas ya que la “Novena” es mucha novena y en su elección ha acertado plenamente el teatro.
Y la tercera es más una observación que una pregunta. ¿Se dan cuenta ustedes y también en el propio Real que en cinco conciertos se han gastado más de millón y medio de euros? Las cuentas están clarísimas: Mortier admite que del millón y medio que se pensaba pagar por la “Flauta” se va a ahorrar la mitad, luego tres conciertos de la “Novena” cuestan 750º€. Los dos conciertos de “Moisés y Aaron” costaron 787º€, correspondientes 487º a lo que se pagó a las huestes visitantes y 300º lo que hubo de pagarse a la Ópera de Viena a pesar de haber anulado la producción escénica. Total, cinco conciertos más de 1.500.000€ y, quizá lo peor del caso, una buena parte causado por las cancelaciones. Alguien no pensó bien las cosas y debería asumir sus responsabilidades porque, entre otras cosas, el Teatro Real y el señor Mortier están para programar óperas escenificadas y no para pulirse su presupuesto en conciertos.
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