La Bohème en El Escorial: colorista recreación
COLORISTA RECREACIÓN
Puccini: “La bohème”. Gail James, Giordano Lucà, Juan Jesús Rodríguez, David Menéndez, Elena de la Merced, Francis Tójar, Fernando Latorre, Gerardo López, Fernando Rubio, Pedro Adarraga, Felipe García-Vao. Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Pequeños Cantores de la JORCAM. Director musical: Manuel Coves. Director de escena, escenografía e iluminación: Davide Livermore. Teatro-Auditorio de San Lorenzo de El Escorial. Festival de Verano. 3-8-2014.
Esta coproducción entre la Ópera Company de Filadelfia y el Palau de les Arts de Valencia, que viajará en unos días a la Quincena de San Sebastián y que en estas representaciones ha debido ajustarse a los estrechos márgenes del recinto escurialense, es atmosférica y aparece envuelta en un ropaje escénico colorista y evocador. Livermore ha creado un espacio en parte onírico, en parte realista por el que discurren los personajes y figurantes. Hay un planteamiento poético que requiere una mirada cómplice del espectador: todo nace de las pinturas que Marcello va plasmando en su lienzo y que automáticamente se proyectan en una gran pantalla fraccionada situada a la izquierda del escenario. Algo irreal pero sugerente. La videocreación, de Paolo GepCucco, está inspirada en cuadros de The Barnes Foundation y del Museo de Arte de Filadelfia
Se van ilustrando y animando de esta manera las distintas secuencias de la narración que aparece así muy animada con la poderosa imaginería de Van Gogh, Renoir Monet, Manet… Lo real y lo imaginado, lo que se puede tocar y lo inasible se dan la mano sin solución de continuidad. Vestuario extraído sin rebozo de lienzos de uno de aquellos pintores: Renoir.Hay detalles nimios que se apartan de la narración original. Pero el meollo de la historia queda bien reflejado, con un segundo acto quizá con exceso de pasos coreográficos.Sobre ese agradable fondo, impecablemente movido por la dirección técnica del Teatro, escuchamos unas prestaciones musicales muy dignas. Coves mantuvo unos tempi adecuados, logró bellas frases, de un lirismo muy propio en el acto tercero y dotó de dramatismo bien calibrado al final. No se consiguió siempre, sobre todo en los dos primeros cuadros, el balance idóneo entre escena y foso. Buena respuesta de coro y orquesta y espléndida la de los niños.
De los solistas destacamos a la dulce y fresca Mimi de James, un poco al límite del volumen y del carácter, al sólido y contundente, viril y decidido Marcello de Rodríguez, siempre poderoso y rotundo, y al bien delineado, líricoy lacrimógeno Schaunard de Menéndez. Rodolfo fue el tenor Lucà, joven y de grato timbre… de lírico-ligero, voz a veces inaudible en los momentos más exigentes. Será seguramente un buen Nemorino. Para “La bohème” se precisan otras galas. De la Merced cantó son su reconocido gusto, pero le falta caudal en la zona grave. Latorre perfiló bien sus dos vejestorios. Aceptables los demás. Arturo Reverter
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