La carta de Gonzalo Alonso al Patronato del Teatro Real con los motivos de su dimisión
Esta web ha tenido acceso a la carta enviada por Gonzalo Alonso a sus compañeros de Patronato en el Teatro Real. La reproducimos por su indudable interés.
Madrid, 29 diciembre de 2012
Querido Compañero de Patronato,
Te escribo para comunicarte mi abandono del Patronato de la Fundación Teatro Lírico, de acuerdo con la conversación y carta que he remitido al Presidente de la Comunidad de Madrid y que te adjunto.
Creo que mis frecuentes y razonadas intervenciones en nuestras sesiones han servido para ayudar al teatro a realizar actividades y también a evitar que realizase otras y, en lo personal, han sido diecisiete años gratificantes en muchos casos y desilusionantes en otros, pero siempre hasta la última etapa habían pesado más los primeros. Desde que el ministro de cultura Cesar Antonio Molina tomase una serie de decisiones, que en su momento califiqué de desacertadas para la institución, he venido efectuando advertencias, a las que os habéis ido sumando algunos de vosotros, que el tiempo se ha encargado de confirmar. Me produce una enorme tristeza comprobar cómo ha descendido la ocupación del teatro, el descriptible entusiasmo que provocan sus espectáculos y la drástica reducción de las reservas que la institución generó de 1997 a 2006 (unos 19 millones de una devolución de IVA y prácticamente otro tanto en varios fondos de reserva como el dedicado a grandes reparaciones, creado en su día a iniciativa de Ramón González de Amezúa y mía).
Os he demostrado en muchas ocasiones estar muy al corriente de cuanto sucede en el interior del teatro. Entre las responsabilidades de un patrono está la aprobación y firma de documentos, responsabilidades que en la actualidad me serían imposibles de asumir por no compartir el modelo de gestión económica y artística y por conocer asuntos que con facilidad se le escapan a un patrono que no esté en el mundo del teatro y la música.
No podría en modo alguno aprobar que una institución tan emblemática como el Teatro Real pudiera acabar siendo la finca particular de nadie, ni que pudiese ser utilizada como vehículo para la consecución de fines personalistas alternativos. Estoy convencido que vosotros, desde su Patronato y quienes están fuera de él pero en el mundo cultural -yo mismo ahora con una libertad de la que no he gozado hasta la fecha- lo podremos evitar.
Amo al Teatro Real desde que lo pisé por vez primera allá por los años sesenta con unas “Vísperas de la Virgen María” dirigidas por el añorado maestro Odón Alonso y por ello me supuso una enorme satisfacción que Alberto Ruiz Gallardón contase conmigo para su Patronato fundacional, no sólo como vocal sino incluso como miembro de su Comisión Ejecutiva. Estoy también enormemente agradecido a Esperanza Aguirre y Jaime Ignacio González por haber mantenido la misma confianza ininterrumpidamente llegando a convertirme en el único miembro del Patronato permanente hasta hoy. Mi agradecimiento se extiende a todos y cada uno de vosotros, pues todos compartimos un mismo amor por el Teatro Real y hemos trabajado codo con codo por el bien del mismo, dentro de las limitaciones que nos han impuesto las circunstancias, creándose en muchos casos entre nosotros lazos de auténtico afecto.
Estaré siempre a vuestra completa disposición si en alguna ocasión precisáis mi opinión o consejo. Un abrazo muy fuerte,
Gonzalo Alonso
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