Critica: La Condenación de Fausto en la RTVE
CAMINO DE PERFECCIÓN
Berlioz: “La condenación de Fausto”. Robert Murray, Oleysa Petrova, Sir Willard White, Vladyslav Buialsky. Coro y Orquesta de la RTVE. Director: Vassili Sinaiski. Madrtid, Teatro Monumental, 24 de noviembre de 2023.
El ruso Vassili Sinaiski (1947) es un maestro experimentado de ademanes suaves. Su gesto es elástico, armonioso. En la actualidad, como tantos, no emplea batuta y mueve sus manos blancas -como su pelo- con elegancia, a veces rota por ataques bruscos y terminantes. Dibuja anacrusas con sapiencia y parece tener dominadas las fuerzas a sus órdenes. La versión que nos ofreció de la imponente obra de Berlioz tuvo entidad narrativa, buen pulso y momentos de rara calidad, con pianísimos de excelente factura. La música de los elfos es un buen ejemplo.
Supo establecer en general un rango bien dosificado de dinámicas, del piano al “forte” o “fortissimo”. Hubo números llenos de vigor, con sonoridades plenas absolutamente berliozianas, como el tan pintoresco del “Coro de bebedores”. Mantuvo el pulso en los abracadabrantes compases de la espeluznante “Carrera hacia el abismo”. Por eso y otras cosas la versión tuvo interés, pues abundaron los contrastes. Aunque no siempre, hay que resaltarlo, el encaje, el ajuste y la afinación fueron perfectos. Se apreció particularmente al principio. La “Ronda de los campesinos”, por ejemplo, dejó bastante que desear en ese sentido.
Poco a poco todo fue asentándose y apreciamos muy encomiables actuaciones de los cantores a lo largo de la sesión. Incluido el “Coro de condenados y demonios”. Faltó el coro de niños y por tanto la gracia elevada y el toque seráfico de los compases finales, a cargo del Coro celestial en los que la voz de la soprano que enuncia el nombre de Marguerite por tres veces no sonó suficientemente fina, transparente, “celestial”.
Sinaiski, excesivamente ceremonioso, al concluir alguno de los números se volvía al público pidiendo el aplauso. Algo desacostumbrado. Por otro lado, extrañó que la orquesta no fuera excesivamente numerosa. Por supuesto no porque no constara de más de 450 instrumentistas como pedía el compositor. Pero nos pareció que en torno a unos cuarenta de cuerda (cuatro contrabajos) eran pocos para contrarrestar a los casi 30 vientos. De ahí que hubiera a veces peligrosas desproporciones.
Entre los solistas hay que citar en primer término a la mezzo Oleysa Petrova, de excelentes resonancias tímbricas y acentuado color eslavo. Dijo con exquisitez su parte y cantó con estilo y elegancia la maravillosa “Romanza”, en la que brilló el hermoso espectro del corno inglés de Carlos Alonso. En él podemos personalizar el buen trabajo general del conjunto, donde también hay que aplaudir los solos del primer viola. El Coro, a despecho de los lunares comentados, estuvo a buena altura en su conjunto. Se nota la labor de Marco Antonio García de Paz.
Fausto estuvo cantado por el tenor Robert Murray, que no dio la talla. La voz, de un lírico-ligero, es apagada y posee un extraño vibrato. Se entonó en la segunda parte y estuvo valentón en su dúo con Margarita abusando, eso sí, del falsete en la zona aguda y sobreaguda. Mefistófeles fue el veteranísimo Willard White, a quien recordamos en el mismo papel en Salzburgo, año 1999, en una producción de La Fura dels baus junto al Orfeón Donostiarra. Voz oscura, rocosa, robusta. Pero poco flexible para una escritura tan sinuosa. Desafinó con alguna frecuencia. Poco relevante el barítono Vladyslav Buialsky en la parte, también poco destacada, de Brander.
Como en otros organismos e instituciones aquí también han desaparecido los ya añorados programas de mano, de los que muchos hemos hecho colección. Ahora hay que tener teléfono móvil, siempre más incómodo que un libreto. Cosas veredes. Arturo Reverter
Últimos comentarios