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Adiós, Diverdi, adiós
El Teatro Real tiene que replantearse muchas cosas
Por Publicado el: 30/06/2013Categorías: Artículos de Gonzalo Alonso

La Filarmónica de Berlín en Madrid

La Filarmónica de Berlín en Madrid

La Filarmónica de Berlín ofreció su primer actuación el 17 de octubre de 1882 bajo dirección de Ludwig von Brenner. Desde entonces fueron sus titulares von Bülow, Nikisch, Furtwängler, Celibidache,  Karajan, Abbado y Rattle. Su presencia en Madrid tiene larga tradición. Lo más antiguo que el público actual puede recordar son probablemente sus conciertos en el Teatro Real, cuando era sala de conciertos, con Karajan al frente. Vino en varias ocasiones y sus visitas no sólo trajeron magnífica música sino que permitieron el nacimiento de muchas amistades en aquellas larguísimas colas que formamos. Dormimos dos noches dentro de coches aparcados en las proximidades, amortiguando el frío con vino, para poder gritar “¡presente!” en los pases de lista que se realizaban cada cuatro o cinco horas. Posiblemente aquello fue el inicio del botellón. La orquesta llegó a celebrar uno de sus anuales conciertos gratuitos en el Monasterio de El Escorial en 1992 con Barenboim en el podio.

Una de las primeras ideas de Mortier fue que Rattle y la Filarmónica se vinculasen al Real durante tres temporadas con un título anual -“Carmen”, “Salomé” y “Parsifal”- y un coste de 7,5 millones de euros. El acuerdo se firmó con el Festival de Pascua de Salzburgo y el Ayuntamiento de Madrid iba a aportar buena parte de esa suma cubriendo el déficit que se originase tras taquilla y patrocinios. Estábamos poco antes de las elecciones municipales de 2011 y a Ruiz Gallardón alguien le convenció  que no era momento para aquellos dispendios  y que su propia imagen podría verse perjudicada al firmar un acuerdo como alcalde sabiéndose que era abonado a los conciertos televisivos de la orquesta. El Ayuntamiento no llegó a oficializar su colaboración.

Pero es que en la primavera de 2011 los berlineses rompieron su acuerdo con Salzburgo e hicieron las maletas para Baden Baden, con lo que no serían propietarios de las producciones aún pendientes de realizar. “Parsifal” se sustituyó por “Flauta Mágica”. Por otro lado Ana Botella, agobiada por la deuda, acabó por finiquitar la posible intervención del ayuntamiento y el Real no consiguió los patrocinios para continuar en solitario. La orquesta y Rattle se avinieron a romper el acuerdo existente a cambio de tres conciertos con la “Novena” beethoveniana por 750.000€.

El CNDM ofreció en el Auditorio Nacional, no la “Novena” para 4.500 espectadores por 750.000€ y aplausos corteses, sino las nueve sinfonías por 190.000€ para 25.000 personas entusiasmadas hasta el clamor. Eso es gestionar recursos. Allí también Ibermúsica programa otros dos conciertos de Rattle, uno de ellos con el Orfeón Donostiarra. Cierto es que esta Filarmónica no es lo que fue con Karajan, pero el caso es que este fin de semana en Madrid, durante tres días seguidos, se va a disfrutar de ellos con tres programas distintos. ¡Ni Merkel lo tiene en Berlín! Poderío español.

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