La London Symphony con Noseda
La London Symphony con Noseda
Esta temporada Ibermúsica ha hecho una doble inauguración. Porque los días 24 y 26 de junio pasado comenzó su andadura anual con dos conciertos protagonizados por la Orquesta Filarmónica de Viena (siempre un acontecimiento poder escucharla), pero ahora, en un mes que marca la auténtica salida de la maratón musical madrileña, presenta otros dos conciertos con otra orquesta de bandera, la Sinfónica de Londres, un instrumento seguro de calidad extrema donde los haya, que si bien nunca superará a la agrupación vienesa cuando a esta le salga el día, no suele diferir mucho de ella en el campo de batalla, en el día a día. A veces, superándola. Es la diferencia entre un conjunto de oro y la nueva clase trabajadora. La cosa va por días y según las ganas, factor este último que juega muy en favor de los londinenses.
Llegan a Madrid con Gianandrea Noseda en el podio, un todoterreno que también garantiza ciertos niveles, pero del que siempre se espera algo más. Relativas apreciaciones estas por parte de quien las está haciendo, en un momento de la dirección orquestal en el que se viven inexplicables paradojas: se encumbra sin motivos a algunos, por puro marketing, y no se tiene en cuenta a otros, mucho mejor dotados, por eso mismo… por ser clase trabajadora. Ocasión tendremos de ir desvelando cosas al respecto a través de la temporada.
Por ahora y centrándonos en estos dos conciertos, son sin duda una maravilla de esas que gustan a las gentes que pagan sus entradas para escuchar sus músicas favoritas. El primero da comienzo con el preludio del acto primero de Los maestros cantores de Nuremberg, de Wagner. O lo que es lo mismo un modelo de música ´entusiasmante´ y vitalista que combina elevación con cotidianeidad y desarrollo sinfónico con temática sublime. Si no fuera porque Wagner hizo otras óperas, esta sería la mejor ópera de Wagner. Después vendrá El mar, de Debussy. ¡Vaya cambio! De pisar la tierra a hundirse en el agua; de soñar con amores imposibles a jugar con las olas y la sal… Dos sinfonismos radicales enfrentados en dos ideas de la cosa musical absolutamente opuestas. Nada que ver con el final de la fiesta, la quinta sinfonía de Shostakovich, un hombre que en el género sinfónico no perdió nunca su fe para construir frescos sonoros de carácter épico y popular. Música de mucho volumen para ser escuchada a mucho volumen.
En el concierto del día siguiente, otro ruso, Rachmaninov, con su segunda sinfonía, un conjunto sinfónico muy distinto a los anteriores, en el que el poder de la melodía, las ´autorreminiscencias´y los desarrollos campan de principio a fin creando una envolvente malla sonora en la que uno queda irremediablemente atrapado desde el primer momento. Junto a Rachmaninov, Haydn y Verdi. Del primero, una obra que nace como un experimento (el desarrollo de un nuevo instrumento, o casi) pero que su autor llena de afabilidad y belleza, el Concierto para trompeta y orquesta en Mi bemol mayor; y del segundo la obertura de Las vísperas sicilanas, una ópera que si bien pasa por menor en la obra del italiano, si tiene algo precisamente muy bueno es su obertura .
En fin, dos conciertos de apertura de curso sumamente apetecibles. Mi recomendación es absoluta. Pedro González Mira
Orquesta Sinfónica de Londres. Dir: Gianandrea Noseda. Obras de Wagner, Debussy y Shostakovich. Martes 13, 19.30. Entre 45 y 195 €.
Philip Cobb, trompeta. Orquesta Sinfónica de Londres. Dir: Gianandrea Noseda. Obras de Verdi, Haydn y Rachmaninov. Miércoles 14, 19.30. Entre 45 y 195 €.
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