OCNE, crisis eterna
Que la OCNE no levanta cabeza es algo constatado. Quedan aún cercanos sucesos como el cambio de los titulares de coro y orquesta, una huelga de semanas, el acuerdo por el que orquesta e INAEM intentaban solucionar asuntos como servicios, grabaciones, etc. Quedan, al parecer, aún demandas de la agrupación al INAEM por dineros supuestamente impagados, que llegaron hasta Estrasburgo.
¿Qué está pasando? ¿Por qué se ha pedido silencio a todos los implicados? ¿Qué país es éste en el que se obedecen tales consignas por temor a las represalias? El caso es que INAEM, director titular y director técnico parecen enfrentados y éste último estaría cesado aunque no se haya comunicado oficialmente. ¿Causas? Posiblemente desacuerdos en muchos temas económicos y artísticos. ¿Por qué el convenio entre OCNE y Orquesta Ciudad de Barcelona tiene que costarle mucho más a la primera que a la segunda? ¿Es cierto que existen demandas por acoso? ¿Cuántos servicios pagados han generado los conciertos de Josep Pons? ¿Cuál es la remuneración de éste incluyendo todos los conceptos? ¿Cómo es posible que en toda la temporada no se programe nada de música española y ésta se relegue a un festival americano?
¿Es posible que desde la dirección musical se hayan puesto trabas a que el Coro intervenga con una “Vida breve” junto a Frühbeck de Burgos y la Filarmónica de Nueva York en esta capital? ¿Es cierto que, para impedirlo, se habría programado un “Fidelio” en Madrid en las mismas fechas? ¿Es cierto que la solución vino del actual gerente, quizá a costa de su cargo, que solucionó el problema llamando al Coro de Valencia para dicho “Fidelio”, más tarde sustituido por un “Requiem” verdiano y luego por una “Tercera” malheriana para la que se habría acudido al Coro de la CAM? ¿Es cierto que, tras estar acordado el viaje a Nueva York, ahora parece que no hay dinero?
Absolutamente impresentable resultó la carta enviada por el director del INAEM a su propio ministro –amigo a quien conserva en el consejo editorial de la revista “Sibila”, en la que él figura como editor y que presenta esta semana en la Fundación BBVA- informándole de su de su petición al de hacienda “si consiguiéramos que fuera aprobado el citado incremento retributivo antes del 9 de marzo sería un hito para este Instituto con una gran trascendencia en el mundo de la cultura”. Esta y otras cartas no paran de llegar a las redacciones. Se dice que “no hay mal que cien años dure”, pero ¿de verdad tendremos que esperar tanto para la OCNE? Gonzalo Alonso