La Orquesta Ciudad de Almería en el Festival de Cádiz

Festival de Música Española de Cádiz. Orquesta Ciudad de Almería. Daahoud Salim, piano. Michael Thomas, director. Gran Teatro Falla. Obras de Maurice Ravel y Modest Musorgski. 11 de Noviembre 2022.

Fotografía: Carolina Cuadrado

20 años/Años 20 es el título de este concierto con el que se inauguró la nueva edición del Festival de Música Española de Cádiz. La edición número veinte, que coincide con los veinte años de existencia de la Orquesta Ciudad  de Almería. Un pequeño milagro el de esta orquesta, que ha conseguido con los apoyos mínimos crear todo un entramado en torno a la música en la ciudad, pues además de la orquesta titular existe una orquesta joven y una orquesta infantil, con lo que se ha conseguido que cientos de familias se impliquen en la vida musical de Almería con unos niveles de participación realmente endiviables y modélicos para muchas ciudades.

Todo ello ha sido posible gracias a un entregadísimo equipo de gestión y a la capacidad de su director musical, Michael Thomas, para generar entusiasmos y para conseguir los más altos niveles de prestaciones artísticas, como viene demostrando desde hace años en Andalucía con la Orquesta Joven de Andalucía, La Orquesta Bética de Cámara o la Sinfonietta San Francisco de Paula.

Abrió el concierto el Bolero de Maurice Ravel en una versión de tempo animado en la que Thomas supo graduar de manera milimétrica la progresión dinámica desde el pianissimo inicial hasta la explosión final. Todas las intervenciones instrumentales fueron brillantes y precisas, con un sonido global final plenamente empastado, contundente y colorido. Continuó el programa también con Ravel, ahora con el concierto en Sol para piano y orquesta. La elección como solista de Daahoud Salim se mostró ideal, porque pocos pianistas dominan tanto el  lenguaje y el espíritu del jazz y el clásico, algo esencial en este concierto cuyos movimientos extremos están entreverados del espíritu jazzístico. Salim mostró un virtuosismo espectacular, sobre todo en el tercer tiempo, además de un soberbio swing a la hora de jugar con el ritmo y con el rubato. Pero también supo dar sentido al profundo lirismo del segundo tiempo con una pulsación delicada y perlada que fue acompañada por unas cuerdas de sonido terso y de una belleza impresionante.

La orquesta tendría su momento de gloria con los Cuadros de una exposición, en los que todas las secciones alcanzaron niveles excepcionales de sonido, brillo y empaste. Thomas imprimió fuerza y dramatismo, sin saturar el sonido, pero sabiendo definir un sonido equilibrado y transparente. Sus ataques fueron contundentes en los pasajes más agitados, mientras que en los más concentrados estableció eficaces juegos con las dinámicas.

Ya en pleno entusiasmo por el vigésimo cumpleaños, la OCAL ofreció dos espléndidas y extensas propinas, la orquestación de José Padilla de la Almería de Albéniz (suaves y seductores cambios de ritmo de la mano de Thomas) y una Obertura 1812 de Chaikovski cargada de dramatismo y con la que la OCAL levantó de sus asientos a un entregado público. Andrés Moreno Mengíbar