La Orquesta Sinfónica de Galicia en el Festival de El Escorial
Festival de San Lorenzo de El Escorial
Con brío
Obras de Arrieta, Martín y Soler y Mozart. Enrique Pérez de Guzmán, Silvia Torán, piano. Orquesta Sinfónica de Galicia. Victor Pablo Pérez, director. Teatro de San Lorenzo de El Escorial, 23 y 14 de julio.
Volvió a entrar en actividad la sala pequeña del nuevo Teatro de San Lorenzo de El Escorial y esta vez con un espectáculo más adecuado para comprobar sus condiciones. No es cómodo acceder a la sala, para lo que hay que bajar y subir demasiadas escaleras, con un único ascensor donde no caben más seis personas adultas. Los escalones de la propia sala resultan altísimos y, sin quitamiedos alguno, la pendiente inspira respeto a muchos espectadores. Los responsables habrán de pensar en que el ascensor de minusválidos sea utilizado con normalidad por personas de una cierta edad.
La Sinfónica de Galicia es una agrupación más amplia de la cuenta para una sala con capacidad para trescientos espectadores, aunque en el repertorio mozartiano se reduzca a unos cuarenta profesores. Demasiado escenario para los metros cúbicos existentes. De ahí que el primer día sonase todo muy fuerte, aunque con claridad, sin emborronarse. Era como quien posee un gran equipo de alta fidelidad y lo pone a todo volumen. Algún espectador con sordera avanzada se mostraba muy feliz de poder escuchar “todas las notas con tal claridad”. El segundo día, con los paneles del techo girados para que absorbiesen el sonido, funcionó la acústica con el equilibrio deseable. Muchos se preguntaban por qué no se habían colocado estos dos conciertos, vendidos en su totalidad, en la sala grande. La razón era bastante simple: en ella se ensayaba “La flauta mágica” y, en un teatro en sus primeros metros de rodaje, no se han querido correr más riesgos de la cuenta.
Las lecturas de Víctor Pablo se decantaron más por el brío y el fuste que por la gracia o la sutileza, un punto distantes quizá, contando siempre con una magnífica plantilla de profesores. Enrique Pérez de Guzmán tocó el Concierto n.19 de Mozart con seguridad, musicalidad y cierta frialdad. Es una pena que se halle tan ausente de las programaciones. Silvia Torán, a cargo del n.21, padeció la dificultad de nuestros pianistas en poder trabajar con orquestas serias. Hubo falta de entendimiento, no achacable al director, o quizá la obra no estuviese en dedos como debiera y la solista llegó a perderse. Hemos escuchado a Torán mucho mejor en otras ocasiones. Al público, muy de festival, le importó más que todo ello conocer el Teatro y disfrutar de su terraza. Gonzalo Alonso
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