Pauline Viardot y Teresa Berganza estarán contentas, seguro. Tras décadas de abandono, ruina y amenazas de demolición, pero también de esfuerzos y lucha por salvarla, la Villa Viardot de Bougival ha vuelto a la vida. Teresa puso todo su amor y su empeño para conseguir llamar la atención de la opinión pública y de las autoridades responsables y conseguir parar el proyecto de demolición, junto a la incansable labor de Jorge Chaminé, alma de todo este movimiento que ha culminado este pasado sábado 16 con la reinauguración de la flamantemente restaurada Villa Viardot.

Villa Viardot

El matrimonio Viardot, junto a su inseparable Iván Tourgeniev, regresaron de Londres tras los sinsabores de la Guerra Franco-Prusiana que los expulsó de su paraíso en Baden-Baden. El asedio prusiano de París y la consiguiente revolución de la Comuna les impidió regresar a París y tuvieron que acogerse al asilo en Londres del hermano de Pauline, Manuel Patricio García, el famoso maestro de canto. Sofocados los últimos estertores de la contienda y de la Comuna, la familia Viardot-Tourgeniev puso regresar a París, pero ese París sumido en las ruinas y en la depresión de la derrota ya no era un lugar atractivo para vivir, así que optaron por instalarse en Bougival, una tranquila población a orillas del Sena y a pocos kilómetros de París y lugar al que se estaban trasladando artistas como Bizet, Berthe Morisot y algunos de los más conocidos impresionistas.

Datcha Tourgeniev

De forma conjunta, los Viardot y Tourgeniev adquirieron una finca en medio de un bosque de fresnos a la que llamaron precisamente así, “Les Fresnes”. En ella el escritor ruso levantó una auténtica datcha al estilo ruso a escasos metros de la villa al estilo renacentista de la familia Viardot. Allí vivieron una década feliz. Iván era visitado por los mejores escritores franceses y acogía a cuantos intelectuales rusos (Tolstoi, Dostoievski, Gogol) llegaban a Francia y a los cuales facilitaba contactos y medio de subsistencia. Por su parte, Pauline recuperó sus clases de canto, demandadas por los mejores aspirantes a brillar en el mundo de la ópera. Hasta allí llegaron algunos de los solistas elegidos por Wagner para su primer festival de Bayreuth, por ejemplo. Años de veladas musicales, de composición y estreno de operetas de salón con libretos de Tourgeniev y música de Viardot. Bizet (cuya casa dista escasos 100 metros de Les Fresnes) acudía a la Villa para empaparse de música española de cara a la composición de Carmen. Allí tuvo su primera lectura privada Sansón y Dalila de Saint-Saëns y allí sufrió Fauré su primer desengaño amoroso al ser rechazado por Marianne, la hija de Pauline.

Desde el año 2000 los esfuerzos titánicos y el entusiasmo incansable de Jorge Chaminé (como él mismo presume, el último alumno de Lola Rodríguez Aragón y el primero de Teresa Berganza, ahí es nada) movilizaron a artistas y políticos de todo nivel, hasta conseguir finalmente el apoyo institucional y económico de Emmanuel Macron, Presidente de la República Francesa. Teresa Berganza ofreció durante años consecutivos sus clases magistrales en la mismísima Villa Viardot y diversas actividades fueron cerrando el cerco hasta conseguir iniciar las obras de restauración. Casi cuatro años de trabajos minuciosos hasta conseguir devolver a su esplendor a esta mansión que respira música por todos sus rincones.

La ceremonia de inauguración del pasado sábado contó con representantes de todas las instituciones (locales, regionales, nacionales) y, como no podía faltar, con música de Pauline Viardot. Fue el momento de presentar la reciente grabación por el sello Odradek de la integral de las canciones españolas de Viardot, con abundantes primicias mundiales. El pianista Francisco Soriano y la mezzo Helena Resurreição ofrecieron una brillante selección de las mismas. Intervino también la soprano Lea Sarfati junto al guitarrista Gabriele Natilla y la pianista Lucie Sansen, así como la pianista Isabel Pérez Dobarro, con una espléndida selección de piezas para piano de Pauilne Viardot. Para ello se pudo contar con el último piano que poseyó la cantante, compositora y maestra de canto, un magnífico Erard de 1890. En pocas semanas, por último, llegarán a la Villa los documentos, grabados, partituras cuadros, dibujos y cartas procedentes del legado de Diana García, la última descendiente de la saga García por la vía de Manuel Patricio García. Con todo ello, la Villa Viardot se convertirá en el corazón sentimental del Centro Europeo de la Música, un ambicioso proyecto que hará de Bougival un núcleo pionero en la investigación musical. Andrés Moreno Mengíbar