Las cosas en su sitio
Fernando Villalonga, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid y patrono del Teatro Real, ha expresado con máxima claridad y de forma pública lo que piensan muchos patronos de esa institución, aunque guarden silencio: no se puede tirar el dinero como se está tirando, a costa de las reservas, y hay que pedir responsabilidades de gestión. Es obvio que Gerard Mortier no debería declarar que “El Real es uno de los teatros más pobres de Europa” y que parece como si pensase hacer lo que ya hizo en el New York City Opera: echar a correr cuando le cercenaron el presupuesto porque a los patronos de aquella institución les pareció un sinsentido la programación que proponía… naturalmente cobrando una buena indemnización. Allí les pareció que el Walt Disney de Glass o el Brokeback mountain no tenía sentido, pues menos lo tiene en Madrid, donde han recalada ambos títulos con el beneplácito de las alturas del teatro. Veremos lo que sucede ante el nuevo e importante recorte que experimentará tras los nuevos presupuestos generales del Estado. La auténtica valía de cualquier ejecutivo se demuestra en loa tiempos de crisis: conseguir el máximo con mínimos, porque tirar con pólvora del rey es muy fácil. La dirección artística tiene un reto por delante, pero Mortier parece empeñado en seguir su filosofía y, tal vez, intereses en vez de perseguir los del teatro.
Las cosas han de cambiar mucho en el Teatro Real, entre otras cosas porque hay abonados que están vendiendo sus entradas de Boris Godunov de 180€ para comprar a cambio una para Otello con Fleming y otra para Elixir con Netrebko en el Met por 90€ cada una. Algunos medios de comunicación, implicados por diversas razones en el teatro, vienen vendiendo una moto que no existe y, de hecho, engañando a su público. Eso tiene pinta de empezar a acabarse ahora porque el melón se ha abierto definitivamente, mal que pese a más de uno.
Últimos comentarios