Ibermúsica y la OCNE: Las implacables leyes del mercado
LAS IMPLACABLES LEYES DEL MERCADO
Esta semana (les recuerdo que en esta sección la semana empieza los viernes y acaba el jueves siguiente) dan comienzo dos de los ciclos sinfónicos más potentes de la programación madrileña, el de Ibermúsica y el de la ONE; ambos con conciertos de mucho interés. Y si echamos un repaso a las respectivas programaciones para toda la temporada, veremos que la calidad, en términos generales, es grande en los dos. Sin embargo, el consumidor se va a encontrar, una vez más, con una diferencia considerable en el precio de las entradas en uno y otro. Una vez más, sí; el asunto no es nuevo. Pero hay algo nuevo que define una, a su vez, nueva situación: el consumidor dispone cada vez de menos dinero. Entonces, ¿por qué elegir el más caro a la hora de echar cuentas, si es que uno no puede asistir a los dos?
Ibermúsica es una empresa privada, la empresa gracias a la cual en las últimas décadas se ha podido escuchar en España a los mejores. No goza de subvención pública y tampoco cuenta con patrocinios privados. Y sigue contratando a artistas y orquestas de élite, lo que, obviamente, conlleva un altísimo riesgo empresarial, y más en épocas de crisis. La ONE depende del ministerio de Cultura y cuenta con ayuda económica; e igualmente contrata a grandes solistas para sus conciertos. Pero en todos ellos escuchamos a la misma orquesta, la Orquesta Nacional de España. Es una buena oferta, qué duda cabe, cuando además la institución está sumida en un importante proceso de cambio, que comenzó hace ya dos años con la contratación de un nuevo director artístico (y técnico) y un director musical (para el futuro más inmediato; en este momento es todavía el “Director Principal Designado”) que no han dejado de dar buenas noticias, cada uno en su parcela de responsabilidades.
¿Cómo van a comportarse esta temporada que comienza los aficionados a la hora de comprar sus entradas para uno y otro? Las primeras reacciones no han sido precisamente halagüeñas: la venta de abonos en Ibermúsica ha descendido notablemente (en este mismo momento recibo una notificación: Ibermúsica ha decidido abrir un programa de venta de entradas para estudiantes de música a 20 €), y es de esperar que la venta de entradas pormenorizada por concierto también lo haga. Es evidente que si alguien no lo remedia vamos a tener una empresa (una más en el desgraciado panorama general en el que está sumido el país entero) que pronto va a entrar en importantes pérdidas ¿Podrá seguir adelante?
En fin, ya habrá advertido el lector cuál es el fondo del dilema. Escuchar a las orquestas que nos trae Ibermúsica es caro. Lógico. Y el mercado dicta la norma. Quien pueda pagar, adelante, quien no pueda… Y seguro que por la cabeza de quien esto lea estará pasando una pregunta perversa y de enorme incorrección política: ¿acaso con la ONE no tendríamos suficiente? ¿No es lo bastante buena? Bien; las respuestas son varias. Primera: no; en Madrid ni esta ni ninguna otra alcanza la media de calidad de una buena parte de las contratadas por Ibermúsica (este año: Filarmónica de Londres, Sinfónica de Londres, Gewandhaus de Leipzig, Royal Concertgebouw de Amsterdam , Philharmonia Orchestra, entre otras). Y segunda: hace ya años que este país superó la idea de que con una ONE de turno, suficiente. Ello constituiría un paso atrás formidable para nuestra cultura musical. Una especie de pensamiento único para la música que resultaría no ya regresivo sino trágico, ahora y para el futuro. ¿Estamos condenados, pues, a aguantarnos todos aquellos que no podamos pagar lo que realmente cuesta una entrada para una orquesta del “top” y, sencillamente, no escucharla? Parece que este asunto tiene mala solución: no son buenos tiempos para la lírica… O mejor dicho, para la música; la lírica sí está subvencionada. Pero ese es otro tema.
Con todo: viernes, sábado y domingo estará en Madrid para tocar con la ONE uno de las violinistas más importantes de nuestro tiempo, Anne-Sophie Mutter, para hacer el primero de Bruch. Y el miércoles, la Filarmónica de Londres, con Vladimir Jurowski, para interpretar la Octava de Shostakovich. Ambos conciertos son enormemente recomendables. Jurowski dirigirá al pianista Jean-Efflam Bavouzet el tercero de Prokofiev, mientras que Miguel Harth-Bedoya cerrará el concierto de la ONE con la Nuevo Mundo de Dvorak. Pedro González Mira
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