Plan de suscripciones

Suscribirse a la Newsletter de Beckmesser

¡No te pierdas ninguna noticia!

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Busca las entradas de cada mes

calendario operístico 2023

Últimos tuits de Beckmesser

Lánguida tristeza en El Escorial
“Ariodante” en concierto en el Teatro Real
Por Publicado el: 03/04/2007Categorías: Crítica

Levitando Beethoven

Ciclo Juventudes Musicales
Levitando Beethoven
Obras de Beethoven. Julia Fischer, violín. Orquesta Sinfónica Toscanini. Lorin Maazel, director. Auditorio Nacional. Madrid, 3 de abril
En Italia no abundan las buenas orquestas. La Sinfónica Toscanini nació hace apenas un año bajo la dirección artística y musical de Lorin Maazel, pero ya ha realizado amplísimas giras de conciertos, en lo que parece una peculiar especialización. No siendo una formación excepcional, la compenetración entre músicos y director le permite lograr resultados por encima de lo esperado.
En esta ocasión Juventudes Musicales programó un monográfico Beethoven. Tanto el “Concierto para violín y orquesta” como la “Sinfonía Heroica” tuvieron lecturas serias, en las que todo sonó en su sitio. La versión del concierto estuvo sometida al criterio de la esbelta y guapa violinista alemana Julia Fischer, al que Maazel se plegó en todo momento mimando a la solista en un acompañamiento que siempre retuvo la sonoridad orquestal. Tiene la solista un sonido precioso, suave y dulce al que jamás asoma la más mínima muestra de aspereza. Toca con gran delicadeza, lo que le permitió volar alto en el “larghetto”, pero quizá le faltó algo de fuerza e impulso para el brío del “rondó” e incluso para contrastar adecuadamente el primer movimiento. Será seguramente una excelente mozartiana, pero los agentes parecen hoy más preocupados por encontrar solistas de físico atractivo que por indicarles los repertorios que mejor encajan con sus posibilidades y temperamentos.
En la “Heroica” funcionó mejor el último tiempo, lleno de brío, que el juego de tensiones de una “marcha fúnebre” llevada con excesiva lentitud, pero en ella se lució el excelente oboe de Doménico Orlando. Maazel y los toscaninis brindaron como propina una lectura de la obertura “Egmont”, de potente dramatismo, en la que sorprendió muy positivamente el sonido de la cuerda grave. Nueva jornada triunfal del ciclo de Juventudes Musicales. Gonzalo Alonso

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

banner-calendario-conciertos