Licencia para matar (a Promoconcert)
CON LA LLEGADA DEL NUEVO CURSO VUELVEN LAS NOTICIAS SOBRE PROMOCONCERT Y EL TRATO DISCRIMINATORIO QUE SUFRE EN EL AUDITORIO NACIONAL. HE AQUÍ LA CARTA QUE DICHA EMPRESA ENVÍA A JUAN CARLOS MARSET, DIRECTOR GENERAL DEL INAEM
Licencia para matar (a Promoconcert)
Acoso y derribo de Promoconcert mediante la CENSURA.
Falsedades y Contradicciones.
Para Juan Carlos Marset, director del INAEM, “el fin justifica los medios”
En las declaraciones al periódico LA RAZON del 19 de julio pasado, el Sr. Juan Carlos Marset, director general del INAEM, confirmaba la oferta-dádiva a Promoconcert, indicando que será la última temporada de Promoconcert en el Auditorio Nacional, justificando lo injustificable con argumentos tan irrisorios como carentes de veracidad: cita, para darse credibilidad, al Consejo Artístico, al igual que a López López, para decir que es una decisión del mismo,(“colegiada”), como si se tratara de solicitar a un Tribunal Supremo y cursar posteriormente una orden de alejamiento del Auditorio Nacional para Promoconcert. FALSO. El “tribunal” ni se ha reunido, ni lógicamente ha deliberado. Este concejo artístico es usado nominalmente por Marset y López López como escudo para pretender justificar sus enormes arbitrariedades y, al mismo tiempo, como arma arrojadiza para atacar a Promoconcert, pero, ¿qué ha hecho Promoconcert? 270 conciertos en nueve (9) años en el Auditorio Nacional con una asistencia de miles y miles de personas que pagaron una entrada, (disfrutando de buena música) siendo esta última afirmación el origen del problema. La petición del 15% de autores españoles en nuestra programación nunca fue el problema; ya la primera propuesta los contemplaba y en la segunda lo incrementamos al 25%; y podríamos haberla incrementado más aún; luego, tampoco querían Carmina Burana, ni Aranjuez, ni Tchaikovski, ni Strauss, etc., con el rocambolesco argumento de que ya lo habíamos hecho en años anteriores. En el burofax recibido el 21 de julio ( no el 17 de julio según López López), se nos “autoriza” La Traviata y Strauss entre otros, que lo hemos hecho durante los nueve años que llevamos en el Auditorio. CLARA CONTRADICCION. No, el argumento de autores españoles no encaja, ni tampoco la obra de encargo, pues, según López López, él administraba o suministraba este capítulo, ya que ésto era tan sencillo como poner autores o partituras sobre la mesa y eso nunca ocurrió. OTRA CONTRADICCION.
El señor Marset en el artículo publicado el sábado 19 de julio en LA RAZON, no deja lugar a dudas sobre sus intenciones, tal y como ya denunciamos públicamente en su momento: Promoconcert tiene los días contados en el Auditorio Nacional. Es cierto, se nos han ofrecido seis fechas para la temporada 2008-2009 (de las veintiséis solicitadas), y luego portazo “c’est fini”. Todo ello, porque dentro de las instrucciones dadas por el Ministro de Cultura, D. César Antonio Molina, acerca de mejorar los distintos departamentos de su Ministerio, entre los que se encuentra la Orquesta y Coro Nacionales de España, (OCNE), Marset se siente con licencia para matar y da por hecho que el fin justifica los medios. Los abonos de la Orquesta Nacional no van bien, ni tampoco la venta de entradas: ¿cuál es la solución?. Eliminar a Promoconcert, programar conciertos del repertorio habitual de esta empresa y así quedarse con su recaudación que mejoraría las arcas de la orquesta (¡!). TREMENDO ERROR. Este plan solo puede ser urdido por alguien que desconoce estos menesteres, pues, estos fuegos de artificio, sólo distraerían los verdaderos problemas de criterios de gestión de la OCNE como mucho durante una temporada -(La orquesta es excelente, no así sus gestores). Para entonces, seguramente, el Sr. Marset ya estaría en otro cargo de relevancia y el problema sería heredado por su sustituto. Ya lo dice el principio de Peter ”un incompetente asciende hasta el siguiente nivel de incompetencia”. Muestra de ello, es lo denunciado ya en la prensa por la concejal de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla sobre como ha quedado el presupuesto municipal de cultura tras el paso de Marset (ver El Correo de Andalucía de Sevilla del día 10 de julio pasado).
Otro personaje de esta historia tenebrosa, es José Manuel López López, compositor según reza en su tarjeta de visita del Auditorio Nacional. Si, compositor gris y aburrido donde los haya, que utilizaría su cargo para la autopromoción, ya que al carecer de las cualidades que alumbran a los grandes compositores universales españoles pretende emular la genialidad de los Rodrigo, Turina, De Falla, Moreno-Torroba,etc. intentando dar a conocer sus composiciones a través de su cargo: “Natura non dabat, Salamanca non prestat”. López López ha distraído muy bien la atención de Promoconcert y desde luego, de la prensa, sobre el verdadero objetivo de Marset. Como decía un periodista, “es el portero que deja entrar según la pinta del personal”. Articula normativas verbalmente, que “modifica a capricho” a fin de obstaculizar el camino de Promoconcert. Dichas normas no existen ni se aplican a nadie, más aún, ni tan siquiera se las comunican a los otros promotores o instituciones que programan habitualmente en el Auditorio. Para ello, cita de forma fraudulenta y sin ningún rubor, al Consejo Artístico que lo nombró, (pese a que carecía de ninguna experiencia, y ya no digamos formación como director artístico. Atención: ser profesor de composición de un conservatorio en París, no es, en absoluto, la formación de un director artístico: hace falta mucho más). Todo lo que se dice hay que demostrarlo; veamos pues qué ocurrió el día 21 de junio en el “día europeo de la música”: 18 conciertos gratuitos en un día en el Auditorio. Asistencia pésima, (en algún concierto había 10 asistentes) salvo en el concierto de Jordi Savall. Costo aproximado del evento: 240.000 € (doscientos cuarenta mil euros).¡El presupuesto anual para actividades propias del Auditorio es de 1.000.000€!. ¿Es el Sr. López López, la persona que le va a decir a Promoconcert lo que debe hacer?. ¿Sería posible que López López explicara enfrentado a profesionales cualificados, los parámetros de su programación (¿?) y la relación con programas tan disímiles como los de Ibermúsica, Juventudes Musicales, Caja Madrid, etc.?.
La nave insignia de la música clásica de Madrid y de España, el Auditorio Nacional de Música, debería contar con un profesional de reconocido prestigio y experiencia y no con un profesor de conservatorio. También hay que citar aquí a Jesús Clavero, que tras su paso por la OCNE y defenestrado por divergencias con su director, Pons, recae, pese a todo, en el Auditorio Nacional, donde hoy su huella ya es profunda: un ciclo de órgano que por criterios de programación y obtención de resultados hablan por si solos y así está denunciado en Internet. Podemos citar que los argumentos para atacar a Promoconcert, son propios de una persona absolutamente incapaz de ser responsable de programación, si es que ese cargo ya es efectivo. Parece ser que ha sido renovado en su cargo en la OCNE aunque inexplicablemente ejerce en el Auditorio Nacional (¡!).
Llegados a este punto, retrocedamos para no perder el norte sobre las actuaciones del Sr Marset. En el artículo de LA RAZON, antes citado, Marset invoca, también de forma fraudulenta, al Consejo Artístico (que dictamina sin reunirse ni ser convocado), que con Promoconcert hay un problema de calidad-precio. ¿Podría explicar este señor, tamaña ecuación?. Si el público compra las entradas, él no es quien para hacer semejante afirmación, aunque no le agraden nuestros precios (en realidad, es una excusa más); la sola mención a este punto tiene una calificación: CENSURA. Marset cita además el Código de Buenas Prácticas del Auditorio Nacional al decir que “no se alquila el Auditorio al mejor postor” y vuelve así, a incurrir en CONTRADICCION: en el Auditorio constan por escrito nuestras quejas, ya que el horario de las 19.30 h, en muchas ocasiones ha quedado libre con el perjuicio que eso acarreaba a Promoconcert (un martes o miércoles a las 22.30 h conlleva problemas para la asistencia de público). Por lo tanto, si para las programaciones propias del Auditorio necesitan fechas, estas se conseguirían simplemente utilizando racionalmente los horarios que por imprudencia se dejaban vacíos. Pero ¿porqué quitarle las fechas sólo a Promoconcert? ¿Es que a los demás ciclos privados o públicos se les ha reducido al menos una fecha?: la respuesta es NO. Otra CONTRADICCION MÁS…… y no son pocas.
Marset intentaría que le cuadrasen las cuentas: dejaría de ingresar 220.000€ de Promoconcert, en concepto de alquiler por temporada, en la creencia de que va a quedarse con el “botín de guerra” de las recaudaciones de nuestra empresa: más de 1.000.000€.
Pero aún queda la parte más sanguinaria, ante la sorpresiva denuncia pública por parte de Promoconcert, por la brutalidad y alevosía de la mortífera carga, Marset y sus acólitos no solo balbucean respuestas inaceptables, sino que van mucho más allá: hablan ahora sobre calidad, ¿Qué será lo próximo? A tenor de lo ya escuchado o leído, difícilmente nada pueda sorprendernos. Nos avalan nueve (9) años con 270 conciertos ¿Pueden acaso, estos señores, presentar una mala crítica (sin manipular ni sacada de contexto) ?.
Permitir que una directriz del Ministerio de Cultura derive en una mala praxis, que el fin justifique los medios y por ese camino pretender actuar con patente de corso y así disponer de licencia para matar, no es de recibo. La trayectoria de Promoconcert con el acercamiento de miles y miles de personas a la música, su mención por parte de la Sociedad General de Autores en ese sentido y el apoyo del público son suficiente para que esta atrocidad deba detenerse desde el propio Ministerio de Cultura al que Marset y demás consideran, por sus intereses políticos y otros menos confesables, en ministerio de justicia “a piacere”. El poder no es una herramienta para servirse de él con fines personales expúreos.
Todo esto nos lleva una vez más a solicitar la dimisión, no solo ya, de López López en calidad de director artístico, sino, además de Clavero por su nefasta actuación y colaboración innecesaria y finalmente, también la dimisión “del autor intelectual del magnicidio” de Promoconcert, Juan Carlos Marset, director general del INAEM.
Laura Gómez Díaz de Argandoña
Promoconcert
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