Lise Davidsen: “El paso a soprano fue parte de mi evolución como cantante más que un cambio en mi carrera”
La soprano noruega actuará en el concierto conmemorativo del 175º aniversario de la Fundación del Teatre y comparte cartel con Ermonela Jaho, Ambrogio Maestri, Daniela Barcellona y Ruth Iniesta en Il Trittico
El 27 de noviembre, el Teatre del Liceu subirá a escena Il Trittico de Puccini en la producción de Lotte de Beer para la Bayerische Staatsoper, “un espectáculo único en el que se desarrolla la acción en un espacio cerrado por paredes curvas y en que las tres partituras quedan conectadas por la idea de la muerte”. Lise Davidsen, Ermonela Jaho, Ambrogio Maestri, Daniela Barcellona, Ruth Iniesta e Iván Ayón Rivas son solo algunos de los artistas que darán vida a la trilogía pucciniana.
En el primer título, Il Tabarro, Lise Davidsen abordará el papel de Giorgetta, un papel que llega después de un verano marcado por sus actuaciones en el Festival de Bayreuth y el Festival de Peralada. La soprano figuraba también en el cierre de la reciente edición de los Proms, cuya última jornada fue cancelada con motivo del fallecimiento de la Reina.
Así, Barcelona será el punto de partida de la temporada de otoño para Davidsen, que subirá previamente al escenario del Liceu como parte de un concierto conmemorativo del 175º aniversario de la Fundación del Teatre, el día 13 de noviembre. “Iréne Theorin y Waltraud Meier, que han sido las mejores Isolde y Brünnhilde de su generación y han marcado un canon, ahora ceden el testigo a la gran Lise Davidsen. Ella encarna la promesa de las mejores noches con estos roles”, indica la dirección del coliseo catalán. Las tres cantantes colaboran en esta gala, acompañadas por la Sinfónica del Liceu y su director titular, Josep Pons.
Sin embargo, aunque habitual en óperas de Wagner, Davidsen mantiene la declinación de múltiples teatros que desean contar con ella en los grandes papeles protagonistas: “Los cantaré cuando esté preparada… o, al menos, espero estarlo algún día”, indica la soprano, que subraya que este repertorio no es ahora su prioridad. En lugar de dar el salto a las heroínas wagnerianas, la cantante noruega prefiere pavimentar su trayectoria con repertorio italiano: “Verdi, Puccini, ¡eso es lo que toca ahora!” afirma.
Elisabeth de Tannhäuser y la Sieglinde de Die walküre seguirán siendo una constante en su agenda. Con la primera, Davidsen participará en la producción del primer título en la Royal Opera House, entre enero y febrero del próximo año, y en mayo en la Sttatsoper Unter den Linden de Berlín. También son estos dos roles con los que renovó su colaboración en Bayreuth este verano. Especialmente sonado fue el montaje de Valentin Schwarz de la Tetralogía del Anillo, que parte del público abucheó. “Creo que los directores de escena se toman casi como un cumplido el rechazo en Bayreuth”, comenta Davidsen, que escuchó las primeras protestas la misma noche que debutó en Bayreuth, en 2019. “No nos abuchean a nosotros”, le dijo tras la caída del telón su entonces compañero de reparto, Stephen Gould. “Fue un shock. Creo que es una falta de respeto hacia todo el trabajo que hay detrás de cada función, que lleva años de preparación. El teatro es provocación, un trampolín para nuevas emociones, y cada producción podrá en relieve ciertas ideas. Si no te gusta, no vayas, es así de sencillo”, confiesa.
A este respecto, que compromete el futuro de la ópera y su audiencia, Lise Davidsen comenta que el género “no puede esconderse detrás de la tradición”. “Lo que consigue el teatro puede conseguirlo la ópera, al igual que lo que provocan las películas puede también evocarlo la ópera. Querría que siguiese promoviéndose nuevas producciones, que algunas triunfen y otras no lo logren, porque solo intentándolo aprendemos cosas nuevas”.
“Mucha gente va a Bayreuth para ver nuevas versiones de óperas que aman, y la mayor parte de esas personas no las abuchean”, prosigue, “tenemos que seguir abiertas a ellas. En este festival hay personas que han visto en Anillo cientos de veces. Me encanta, porque saben sobre mi papel muchas más cosas que yo, pero necesitamos que este conocimiento siga existiendo en el futuro”.
Lise Davidsen creció en Stokke, un municipio a 100 Km de Oslo, una región en la que “no había música clásica”. “Empecé a cantar en la iglesia y en el colegio, y los 15 años recibí las primeras clases de guitarra. Me centré en el canto cuando no pude dedicarle al instrumento toda la práctica que requería”, rememora.
Aunque su inicio en el canto fue como mezzosprano especializada en repertorio barroco, su profesora en Copenhague le animó a hacer la transición a soprano, “un proceso que cambiaría todo lo aprendido radicalmente”, enfatiza. Aunque en un primer momento “nada del antiguo repertorio se ajustaba”, Davidsen descubrió que el potencial que su profesora había detectado era “una evolución natural más que un cambio propiamente dicho”. En 2015, dio en lo profesional el salto que había definido en su carrera. La soprano fue reconocida con el Primer Premio en el Concurso Queen Sonja, el premio del público en Operalia y obtuvo premios en el Concurso Hans Gabor Belvedere de Amsterdam y el HSBC Ainx-en-Provence.
En los próximos meses debutará en Der Rosenkavalier de Strauss en Turín y Budapest, una ópera que recibe con especial emoción y define el papel de Marschallin como un rol “de ensueño”: “¡lo tiene todo!”, exclama entusiasmada.
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