Crítica: Lirismos hispanos bien acuñados con Ruth Iniesta
Lirismos hispanos bien acuñados con Ruth Iniesta en Bal y Gay
Obras de Granados, Falla, Huertas, Barbieri, Moreno Torroba, Sorozábal, Giménez, Fernández Caballero y Puccini. Ruth Iniesta, soprano. Javier Carmena, piano. Auditorio Casa da Cultura de Burela. 16 de agosto de 2024. Festival Bal y Gay, Lugo.
Interesante la evolución vocal, tan lógica y ejemplar, de la soprano aragonesa Ruth Iniesta. Hace unos diez o doce años era una típica ligera, centelleante y siempre en punta. Hoy, tras un lógico y paulatino proceso de densificación tímbrica y asentamiento, se nos muestra como una lírico-ligera bien equilibrada, con un centro anchuroso y un agudo firme y penetrante. Grave poco enjundioso y extensión muy amplia; por arriba hasta un fácil Mi 5. A todo ello une una dicción bastante clara, rara en una voz de este tipo, una naturalidad emisora y expresiva de largo alcance y un gracejo muy peculiar combinados con un vibrato pasajeramente acusado. Sus conciertos a solo, como el que aquí nos ha ofrecido, siempre son muy entretenidos.
La primera parte, que resultó ligeramente mortecina, aparecía compuesta por una selección de la famosa colección de 12 tonadillas de Granados sobre textos de Periquet. Música garbosa e imitativa de las escritas a lo largo del siglo XVIII y que está asimismo en la raíz del cuaderno para piano Goyescas y en el corazón de la ópera del mismo título. Finura y delicado lirismo, gracia recogida en las interpretaciones, con el Tra la la y el punteado como eje de la selección. Iniesta leyó, con la base del piano, un texto del poeta.
Cuatro de las famosas Siete Canciones populares españolas de Falla nos fueron brindadas a continuación. La soprano introdujo matices singulares en una exposición singularmente cálida y serena, de tempi moderados. Buena entonación y mesura, también en el exquisito acompañamiento de Carmena. La Asturiana tuvo especial relevancia. Para cerrar la primera parte se interpretaron dos muy recientes canciones del pianista Miguel Huerta, de signo melódico, amplio fraseo y efectos de un lirismo muy placentero. Previamente el pianista había tocado, con gusto y delicado fraseo, la Danza española nº 5, Andaluza, de Granados.
El panorama cambió radicalmente en la segunda parte, en la que se nos introdujo en el racial mundo de nuestra zarzuela con piezas tan conocidas como la hermosísima romanza de la Condesa de Jugar con fuego de Barbieri, deletreada con gusto y cerrada con un brillante agudo. Perfecto encaje voz y piano. Luego la sugerente romanza, menos célebre, de Monte Carmelo de Moreno Torroba, en donde Iniesta supo recogerse líricamente. Como lo hizo en la parte central de la del Manojo de rosas de Sorozábal, dicha con nostálgica elegancia, con una rara introspección. La voz, en su cénit, brillaba espejeante, adornada de su característica vibración.
Las dotes actorales, nada impostadas, de la soprano, quedaron puestas de relieve, copa en mano, en la interpretación de la famosa página de Chateau Margaux de Fernández Caballero. La achispada protagonista nos cuenta entre hipos su borrachera. Lo hizo con discreción, ajena a excesos intempestivos, Iniesta, que coronó su actuación con la excitante, variada, coloreada y espumosa romanza de El barbero de Sevilla, Me llaman la primorosa, de Giménez. Demostración de la facilidad para la coloratura y las filigranas vocales de la cantante que, en la cadencia, tras los acostumbrados gorgoritos, se elevó hasta un brillantísimo Mi sobreagudo.
Como colofón, ante un público ya muy entregado, un regalo, que nos alejaba del mundo zarzuelero: el aria de Lauretta de Gianni Schicchi de Puccini (estamos en el su centenario), O mio babbino caro. Dicha con cuidado, enunciada muy lentamente, con aplicación de medias voces. El estupendo músico que es Carmena estuvo muy atento siempre a lo largo del concierto y, como ya se ha dicho, puso de manifiesto su musicalidad, con medias voces y sonoridades medidas y un fraseo bien modelado, en todo momento recogido y sugerente. Aspectos apreciados también en su amena interpretación del pasodoble Mazzantini de Giménez.
Para terminar una sugerencia a los rectores del Festival: hay que ampliar el contenido del programa de mano, excesivamente conciso. Tanto para las notas, en este caso las bien condimentadas de Clara Corrales, cuanto para ampliar los datos sobre las obras. Aquí nada se decía sobre los títulos de las canciones. Arturo Reverter
Buenos días
La romanza de Jugar con Fuego no es de la Condesa, es de la Duquesa, de Medina
Saludos