La soprano estadounidense Lisette Oropesa se encuentra en un momento destacado de su carrera. Actualmente, es considerada como una de las mejores intérpretes, siendo reclamada en numerosos teatros y salas de concierto de todo el mundo. En medio de esta vorágine de agenda, Oropesa concedió una reciente entrevista a los compañeros del podcast Speaking Loudly, donde indicó los momentos más destacados de su carrera y su forma de trabajar.

Lisette Oropesa

Preguntada en torno a cómo aborda un papel desde el punto de vista de la concentración y la inspiración, Lisette Oropesa indica que busca no pensar en todo momento en la técnica, si bien esta es la mitad de toda interpretación. Para ella, es más eficaz poder recordar cuestiones prácticas del papel, como una respiración o un pasaje determinado, así como la escena, el texto, y lo que estos le sugieren desde el punto de vista emocional.

Preguntada por el trabajo que implica llegar a conseguir superar estos desafíos, indica que gracias a este, puede conseguir que el público no perciba de forma consciente las dificultades que esta labor precisa. Pone el ejemplo de un gimnasta, que a través de sus actividades puede lograr que el público piense que es una cuestión abordable. Este es un objetivo a conseguir.

Sin embargo, para Oropesa es importante que la sociedad conozca las dificultades que entraña su trabajo. A menudo, quienes más reconocen tales retos son profesionales del mundo de la música, sobre todo cantantes. A su vez, indica cómo un público no acostumbrado al canto puede sorprenderse por pasajes difíciles que, si bien son complejos, para ella pueden ser sencillos.

En cuanto a los problemas que puede entrañar un papel desde el punto de vista de su ejecución, Oropesa indica que intenta no profundizar en cuestiones técnicas que la convirtieran en un “músico torturado”, ya que le encanta la música, y para ella es algo divertido y placentero. Si se obsesionase con estas dificultades, no disfrutaría de su trabajo. Para ella, es más importante conseguir el aplauso del público, ya que este es el que le provoca una gran sensación de felicidad.

Preguntada por la autocrítica que todo músico lleva consigo, indica que es importante, si bien hay que comprometerse que esta no será una forma de autolesión. La crítica a uno mismo es necesaria, pero no hay que tomársela como una cuestión personal. Pone el ejemplo de momentos en los que no canta como a ella le gustaría, en los cuales reflexiona sobre ello, siempre buscando en cuestiones que mejorar, sin profundizar en ataques a su propia persona. A su vez, Oropesa señala que nunca piensa en la perfección, ya que hay muchas cosas que pueden mejorarse.

Sobre la vida cotidiana de un cantante, Lisette Oropesa señala que un entorno ruidoso en el que ha de forzar la voz puede tener un gran efecto en la voz, además de que, según la soprano, los cantantes pueden llegar a obsesionarse con eso. Si bien le gusta disfrutar de una bebida alcohólica de forma tranquila, ha de ser consciente que el día de antes a una actuación ha de estar concienciada de que esto no puede hacerlo, ya que puede llegar a afectarle.

Preguntada sobre sus inicios, Oropesa señala que comenzó como flautista, no como cantante. Si bien puede tocar todavía, no mantiene las habilidades más óptimas para ello. Al llegar a la universidad, sin embargo, se especializó en canto, la otra especialidad en la que se formaba, ya que considera que era mejor cantante que flautista. Si bien solía disfrutar del instrumento, ya que le gustaba más tocar en la banda y la orquesta que cantar en coro, finalmente se decantó por la lírica.

La madre de Oropesa era profesora y cantante, lo que le impulsó a ella a poder seguir esta senda, si bien nunca la empujó para dedicarse a ello. Sin embargo, al finalizar el instituto, la animó a poder audicionar para la escuela de canto, ya que consideraba que tenía las cualidades para ello y podría hacerla muy feliz. Si bien al comienzo no se sintió del todo cómoda con tal impulso, descubrió que podría disfrutar del canto. Finalmente, tras un año de pensar en qué especializarse, se decantó por la lírica. Ante este hecho, Oropesa indica que su madre fue una inspiración temprana para poder dedicarse a ello.

Sin embargo, su carrera se inició en un momento económico complicado para la familia, teniendo que buscar apoyo en su familia y amigos de cara a poder desarrollarse en sus inicios. Además, tuvo que recurrir a trabajos de corta duración en diferentes espacios como tiendas, así como a dar clases particulares para conseguir un sueldo extra. Gracias a estos ahorros, pudo presentarse a diferentes concursos y audiciones. Recuerda cómo al llegar al Met, pudo conocer a dos personas de Luisiana que le ayudaron a poder comprar ropa de cara a la participación en el certamen de canto de este teatro, el cual finalmente ganó. El montante que consiguió le permitió poder mudarse  Nueva York para seguir con su formación.

Oropesa señala que su camino hasta el estrellato fue muy lineal, consiguiendo diferentes metas de forma contínua. Gracias a su victoria en el concurso del Met, pudo debutar muy joven, algo que fue, según ella, una cuestión de suerte y fortuna, indicando además que es algo muy excepcional. Si bien tuvo que modificar ciertas cuestiones de sus hábitos, pudo lograr su objetivo. Entre estos cambios, se encuentra el deporte, algo que comenzó a hacer por una cuestión de salud y estética y que, en la actualidad, ha mantenido como forma de vida. Sin embargo, indica que sigue luchando de forma constante, incluso después de haberse hecho un hueco en el mundo profesional.

La soprano señala que el deporte ha contribuido al desarrollo de su carrera, ya que este le permitió mantener una forma de vida mucho más sana, pudiendo salvar obstáculos como las numerosas y variadas puestas en escena, con todo lo que estas conllevan de movimiento físico. Recuerda los comentarios negativos que escuchó en sus inicios por parte de la gente de vestuario en los teatros, algo que le impactó. Este tipo de frases pueden herir los sentimientos, llegando a pensar que no eres cantante, sino una persona con una condición física no estándar.

Preguntada por un muro de contingencia de este tipo de comentarios, señala que es muy importante crearlo, de cara a evitar que estos puedan afectar a uno mismo, creando inseguridades en el cantante, problema por el que pasó en los comienzos de su carrera. Sin embargo, aclara que el deporte y su bajada de peso no ha sido solo cuestión estética, sino por salud personal. A su vez, señala que un cantante saludable podrá contar con una mejor voz, logrando eliminar ciertas inseguridades.

En torno a su primera experiencia en el Carnegie Hall de Nueva York, recuerdqa que fue como público, escuchando El Mesías de Haendel, una obra que le apasiona. Para ella, cantar en este espacio fue un hecho muy especial en su vida. Indica que, cuando ganó la beca de la fundación Tucker y tuvo que cantar en la gala anual, fue una experiencia genial que le hizo muy feliz. Para preparar esta actuación, indica que recurrió a música en español de compositores cubanos y españoles, ya que había comenzado a acumular obras hispanoamericanas con los años. Actualmente, es muy normal que Oropesa sea invitada a cantar romanzas de zarzuela, algo que, según ella, le encanta.

Cuando está en escena, Oropesa señala que siente adrenalina y dopamina, sintiéndose de forma extraordinaria, algo que compara con la sensación que vive durante una carrera. Sin embargo, señala que es necesaria una preparación previa de cara a poder ofrecer lo mejor al público. Gracias a esto, puede conseguir objetivos desde el punto de vista de la interpretación, logrando una sensación que, según ella, le da fuerzas para vivir, y que, indica Oropesa, le gustaría poder tenerla en todos sus conciertos. Cuando consigue un logro de estas características, señala que no consigue expresarlo, ya que es un cúmulo de emociones.

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