Lissner peligra en la Scala
El anterior alcalde de Milán era un gran apoyo para Lissner, hasta el punto que obligó a cerrar la boca a Paolo Isotta, crítico del Corriere della sera. Cuando Isotta comenzó a criticar las políticas de Lissner, éste llamó al alcalde pidiendo árnica y el alcalde al director del periódico para que silenciase a Isotta. Durante mucho tiempo éste ha tenido que refrenarse, pero ahora con alcalde de la oposición podrá volver a escribir lo que piensa. Naturalmente, porque así es la política, el nuevo alcalde desea que se critique lo más posible cuanto hizo su antecesor.
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