Lo que pasó musicalmente en 2018

Se nos va un año más, dejando sucesos que unas veces aún traerán cola y otras serán sólo un recuerdo. Este es el breve resumen de unos y otros.

El acontecimiento musical más importante en nuestro país fue sin duda la frustrada unión del Teatro Real con la Zarzuela. Estuvo a punto de culminar a pesar de los manifiestos de múltiples sectores sociales y del oscurantismo con el que se llevó el proceso. El cambio de gobierno fue decisivo para su cancelación. Pero el Real ha seguido siendo noticia tras anunciar su equilibrio presupuestario cuando desde la prensa se han analizado sus cuentas a través del BOE para concluir que se han evaporado las reservas, pasando sus fondos propios de los más de 30 millones de euros en 2009 a ser negativos. Casi todo ocasionado en la época Mortier.

Pero las cosas andan mal por muchas entidades musicales. El Palau de les Arts sigue pendiente de un juicio eminentemente político, al menos en lo que respecta a la inocente ex intendente Helga Schmidt, cabeza de turco de una operación en la que supuestamente tuvieron que ver Soraya Saenz de Santamaría y María José Catalá. Lo contaré cuando todo haya pasado. Para colmo su abogado, hospitalizado de seriedad, ha tenido que renunciar y el juzgado da tan sólo una semana de plazo para que se busque otro abogado desde Italia. ¡Qué justicia! Entre tanto hay nuevo director artístico, Jesús Iglesias, que empezará a ejercer en enero, pero dimitió el gerente Francisco Potenciano y su nombrada sucesora a las tres semanas. Les contaré el motivo. Paciencia. El Liceo renovó dirección general y artística, sin haber aún sucesor a ésta, aunque todos coinciden en dar por hecho un nombre. El Maestranza no se atreve a fallar su concurso hasta que no haya nuevo gobierno en Andalucía, mientras la Real Orquesta de Sevilla empieza el suyo. En Oviedo se tiran ahora de los pelos por haber dejado escapar los premios Campoamor, recién resucitados por Opera XXI. En la ORCAM se destituyó a su gerente por cuestiones que venían desde antes de que él llegase y así siguieron. La Orquesta de la RTVE se encara a la sucesión de Gómez-Martínez con Pablo González ya en su recuperado Monumental desde el próximo día 4. ABAO continúa por el camino discutible que emprendió hace años, la Asociación de Amigos de la Ópera de A Coruña continúa en la lucha. Curioso el argumento de algunas administraciones públicas para no dar más fondos: “Si ya funciona bien, para qué más”, cuando los milagros que se efectúan no dan más de sí. En Málaga se combate por un auditorio.

En todas las unidades del INAEM cesarán este año sus responsables salvo en la Zarzuela, mientras se propone una nueva ley para solucionar sus múltiples problemas de gestión, lo que es tanto como decir que, de momento, no hay nada qué hacer y todo seguirá igual. Antonio Moral dejó el CNDM en las buenas manos de Francisco Lorenzo. La OCNE merece su propio artículo, ante toda su problemática con encuestas entre sus atriles de tremendos resultados sobre gerencia y dirección principal, relevos y bajas. Los Teatros del Canal siguen dando la espalda a la música por obra y gracia de la Consejería de Cultura, demasiado aficionada a la experimentación. La SGAE aún sin solución….

Mucho queda en el tintero, entre otras cosas las denuncias del “Me Too”, pero no puedo cerrar sin mis emocionados recuerdos a Montserrat Caballé, Carmen Mateu, Javier Alfaya, Carmen Alborch, Aretha Franklin, Gennadi Rozhdéstvenski, Milos Forman, José Antonio Abreu, María Orán, Jesús López Cobos, Elena Herrera, Claudio Scimone, Gustavo Tambascio, Gianfranco Cecchele, Ricardo Requejo. Tito Capobianco, Inge Borkh, Enoch zu Guttenverg, Bonaldo Giaiotti, Jean-Claude Malgoire, Michel Sénechal, María Dolores Pradera, Charles Aznavour… Gonzalo Alonso