Lo sucedido en el verano de 2024 (II)
Lo sucedido en el verano de 2024 (II)
Continuamos con lo acaecido en el pasado verano, que no fue poco
Pasaron por España grandes figuras. Por Cap Rocat, con algún incidente y enfado de su promotor, Lissete Oropesa y Jonas Kaufmann, quien acaba de anular en Bratislava y en el Hollywood Bowl por problemas de salud. Piotr Beczala triunfó a lo grande en El Escorial. Jonatan Tetelman, que que se enfrentó al Met, logró otro tanto en Santander junto a Sondra Radvanovsky.
Lo mismo que Anna Netrebko en el Real, junto a su ya ex Yusif Eyvazov, separados pero acaramelados. Por cierto que no volverá al Met hasta que Peter Gelb se vaya. Eso es algo que muchos desean tras su muy discutible gestión de los últimos años. Juan Diego Flórez, que estará en breve en el Real, fundó su propio sello discográfico y anunció un álbum dedicado a la zarzuela.
Nuevos o viejos problemas surgieron en nuestras orquestas. El gerente de la Filarmónica de Málaga fue cesado o presentó su dimisión -nunca se saben estas cosas-, acusado por el PSOE “por su mala gestión y pérdida de confianza de toda la plantilla”. Cunde la preocupación entre los músicos de la Orquesta Sinfónica de Galicia, a la que la Xunta debe 5 millones, ya que ven peligrar sus nóminas ante los problemas de liquidez.
También en el extranjero, la Ópera Nacional de Gales hizo un llamamiento desesperado por falta de fondos y en Italia continuaron los problemas judiciales en el Regio de Turín, teatro que no levanta cabeza desde que un conocido agente artístico enredó. La primera mujer concertino abandonó la Filarmónica de Berlín y también su primer flautista. Más grave pudo ser lo de la Ópera de Sídney, amenazada de inundación tras la crecida de las aguas.
Protestaron contra el director de Orquesta de la Filarmónica de Puebla, acusándolo de violador. ¿Hay vuelta atrás después de golpear a un colega? El director de orquesta John Eliot Gardiner espera que sí, pero fue apartado de sus conjuntos y ha tenido que montar unos nuevos. Para protestas las que se produjeron en Japón en el Attila de Muti a causa de la presencia de Ildar Abdrazakov, partidario de Putin. No fue el único en levantar protestas por apoyos al presidente ruso.
Problemas en trenes y aviones. La violinista Esther Abrami se enfrentó a Ryanair por su valioso instrumento de 200 años, pues le pidieron que lo dejara en el aeropuerto o lo metiese en la bodega. Al final, tras discusiones inútiles, un billete en otra compañía.
Y, entre otras polémicas, la de Angela Gheorghiu, que reventó por celos el bis de su compañero de reparto en una Tosca en Seúl, recordando el suceso con Kaufmann en Viena en 2016, cuando la soprano desapareció y el tenor hubo de exclamar “¿Pero, dónde está la soprano?” tras el mismo bis de E lucevan le stelle. Está claro que a Gheorghiu se le atraganta Tosca cuando el tenor tiene más éxito que ella.
Y, a la vuelta, encendemos la televisión y no hay más remedio que acordarnos que la música está compuesta por notas y que entre éstas están los silencios. Yo no he podido evitar echar de menos los silencios de Jesús Quintero en sus entrevistas cuando me he encontrado a un tal David Broncano tocando un inmenso tambor en las suyas. ¡Dios, cómo vamos bajando el listón!
Pero vamos a lo positivo. Carlos Álvarez y doce jóvenes cantantes estrenarán El gitano por amor en Ópera Estudio de Málaga. Helena Cánovas estrenó la ópera Don Juan no existe en Peralada y, en Bilbao, Juan Carlos Pérez y Kirmen Uribe dieron a conocer su ópera Saturraran. En Italia se anunció el estreno mundial de una desconocida ópera de Donizetti: Dalinda. A Raquel García-Tomás se le concedió el Premio Nacional de Cultura y RTVE revive, al fin, Clásicos Populares en la próxima temporada.
¿Les parece poco?
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