Los Halffter entusiasman
Conciertos en el Auditorio Nacional
Los Halffter convencen
Obras de P.Halffter, Mahler, Brahms/Schönberg, Beethoven y C.Halffter. M. Groop, mezzosoprano. Orquesta Sinfónica de Madrid. P.Halffter, director. Cuarteto de Leipzig. Auditorio Nacional. 29 y 30 de marzo.
Pedro Halffter ha vuelto a Madrid para dirigir a la Sinfónica un programa apetecible donde los hay: “Paráfrasis” del propio director, las “canciones del camarada errante” de Mahler y el “Cuarteto para piano y cuerda Op.25” de Brahms en la versión orquestada por Schönberg. La primera es obra de juventud basada en la melodía de la célebre aria final de Paurcell para Eneas, en la que quizá se inicien diversas tentativas sin concluirse del todo, pero que se escucha con agrado. La mezzo Monica Groop cantó con clase y muy musicalmente las canciones de Mahler, con ese punto de frialdad que siempre la ha caracterizado que sólo desapareció en “Los dos ojos azules”. Siempre sorprende a cualquier oyente escuchar por vez primera la versión orquestada por Schönberg del cuarteto de Brahms, sobre todo porque resulta muy difícil imaginarse que tanta “abundancia” sonora provenga de una obra de cámara para cuatro instrumentos. Su final pletórico terminó de redondear para Pedro Halffter una tarde de éxito completo, pero no fue sólo en las grandes sonoridades donde acertó sino también, y quizá aún más, en el delicado “Intermezzo”, tiempo clave de la partitura.
Crsitóbal Halffter ha presentado en Madrid sus siete cuartetos, contando con un conjunto de excepción como lo es el de Leipzig e inaugurando una nueva programación propia del CNMD diseñada por Antonio Moral con más criterio de la que acometió su antecesor en el cargo López López y, desde luego, con mayor éxito inicial de público. La música contemporánea no puede encerrarse en un ghetto, sino que es preciso aunarla a su antecesora de una forma coherente. Así se ha hecho con los cuartetos del autor madrileño al rodearlos de otros de Beethoven que le pueden resultar próximos. La “Gran fuga Op.133” es obra es obra tan sorprendente que en su día no pudo apreciarse debidamente. Comentaba Cristóbal en un descanso que no sabía si era él o Beethoven el más moderno del programa. Ciertamente anuncia mucho de lo que vino después, desde Brahms al Schönberg citado. Si el “Cuarteto n.6”, que admira por sus dinámicas, permanece muy ligado a alguno de los anteriores, concretamente a los dos primeros, el n.7 no admira sino que deslumbra. Un gran músico se descubre en su obra de cámara y este cuarteto no puede estar escrito sino por un músico de tomo u lomo, capaz de mantener una personalidad propia en cada avance. La cuarta secuencia es buena muestra de ello. Jornada de música por todo lo alto, muy bien acogida por el público. Gonzalo Alonso
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