Los otros de la música
Los otros de la música
Los grandes nombres de la música están siempre en los medios de comunicación. Ellos nos hacen disfrutar pero hay otros, que suelen permanecer en el anonimato, gracias a los cuales es posible ver y escuchar a los anteriores. Gentes como Jesús Iglesias, en quien hoy centro este artículo como homenaje a todos ellos.
Luis Antonio García Navarro, el primer director artístico y musical que tuvo el Teatro Real, contrató a Jesús Iglesias como su ayudante. Le conocía del Colón de Buenos Aires, aunque Jesús sea asturiano y estuviese ya en Madrid. Desde los inicios del teatro se convirtió en una de sus almas. Se ocupó de los repartos, sugiriendo nombres y advirtiendo a Luis Antonio de que ya había fallecido algunos de los artistas a los que quería contratar. Negoció cachés, buscó sustitutos de última hora cada vez que una indisposición dejaba en el aire una representación porque no había cover. Se peleó con los de producción para sacar adelante cuestiones conflictivas.
Trabajó mucho, con frecuencia doce horas diarias, y estuvo muy mal pagado. A pesar de ser el segundo en el mando artístico tuvo que pagar de su bolsillo muchos viajes para escuchar cantantes.
Los sucesivos sucesores de García Navarro pensaron en prescindir de él. Emilio Sagi porque confiaba en Pachi Tamayo, Antonio Moral porque quería a Carmelo di Genaro y Gerard Mortier porque su distinción chocaba con la campechanía de Jesús Iglesias. Una persona convenció a los dos primeros para que esperasen y observasen su trabajo, asegurándoles que Jesús era ante todo un profesional, alguien que se entregaría a quien fuera su jefe porque estaba entregado al teatro. Los dos primeros siguieron el consejo e incluso Iglesias fue poco a poco mejorando de estatus. Mortier también se dio cuenta de su valía y no creo que su marcha sea algo que vea con agrado.
Jesús Iglesias se va como responsable artístico a la Ópera de Amsterdam. Permanecer en el Real era quedar en vía muerta. Desde aquí le deseo lo mejor a él y a toda la gente anónima que como él hacen funcionar las instituciones culturales. Espero que haber concedido un margen al teatro en su marcha no le supongo ahora, tras el problema del ya célebre 5%, un finiquito con saldo en su contra. No sería justo. Gonzalo Alonso
Últimos comentarios