Los problemas del Teatro de la Zarzuela
Los problemas del Teatro de la Zarzuela
Esta semana se presentó la próxima temporada del Teatro de la Zarzuela con el público en gradas sobre el escenario que aprovechaban la puesta en escena del programa en cartel. Una de las mejores temporadas en la historia reciente del teatro: ocho títulos, siete conciertos en la sala principal, ocho con mucha ambición en el ambigú, la danza, el proyecto Zarza potenciado y, entre otras muchas propuestas, la colaboración con la Fundación March para el teatro musical de cámara y con el CNDM para la XXIV edición de un ciclo de lied que, por qué no recordarlo, nació tras una propuesta mía a Alfredo Tejero, entonces responsable cultural de Caja Madrid que enseguida recogió Antonio Moral. Más actividades y muy variadas, un poco al estilo de lo que Daniel Bianco realizó en el Arriaga bilbaíno. Pero ustedes ya conocerán estos detalles y conviene que conozcan otros.
El Teatro de la Zarzuela tiene problemas importantes y de ellos recogeré tres. El citado ciclo de lied precisa obviamente de un piano. Pues bien, cada vez que tiene lugar un recital hay que alquilarlo. La cifra abonada durante estos años supera los doscientos cincuenta mil euros. Vamos, que se habrían podido comprar dos Steinway. Estamos ante un sin sentido total que hay que solucionar.
Otro problema, quizá el más importante, es el convenio existente con el personal respecto a las retransmisiones y sus derechos de imagen. Todo el personal, hasta taquilla y acomodadores, han de cobrar remuneraciones extras cada vez que tiene lugar una retransmisión televisiva. Esto afecta al pasado, ya que el teatro conserva grabaciones de espectáculos históricos que, al margen de la necesidad de su reprocesamiento, no pueden comercializarse porque esos derechos lo hacen prohibitivo. Pero, aún más importante, afecta al futuro. Estamos en la era dela difusión multimedia y la Zarzuela no puede quedar al margen. Un ejemplo simple: una de las dificultades que plantea el traslado de los Premios Líricos Campoamor a Opera XXI y la Zarzuela radica en la necesidad de un patrocinador que sería fácil de conseguir de poderse retransmitir la gala de entrega de premios.
El INAEM ha tenido muchos responsables, algunos de ellos absolutamente inoperantes, pero otros con valía y mucho conocimiento del medio y, sin embargo, nadie se ha atrevido a solucionar este asunto. Me consta la buena voluntad de su actual jefatura, que está resolviendo muchas cuestiones pendientes en diversas áreas de su competencia y, si necesita más apoyo que estas líneas, aquí me tiene para entablar diálogo con el personal del teatro para convencerles de la necesidad de renunciar a unos derechos que entorpecen el futuro del teatro y, en consecuencia, el suyo propio.
Para otra ocasión dejo el problema más espinoso: la necesidad de renovar, sin perderlo, al público habitual. Mi mayor respeto por las canas, empezando por las mías propias, pero hay que rejuvenecer el auditorio. Gonzalo Alonso
Excelente comentario. Ya era hora que alguien pusiera los puntos sobre las íes, sacando a la luz pública la causa verdadera por la cual las produciones del Teatro de la Zarzuela hace muchos años que no se ven por televisión. Aunque si de emitirlas lo hacen como ocurrirá en la madrugada próxima, donde a la 1,30 la 2 de TVE ofrece la producción magnífica de I Puritani, del mes de julio último en el Teatro Real, con Damrau y Camarena, pues casi no valdría la pena. Pero esta es cuestión distinta.
Cabe recordar que en la etapa de Pinamonti al frente del teatro algo se consiguió. Por una vez se pudo ver desde casa a Los sobrinos del capitán Grant, el programa doble Los amores de la Inés-La verbena de la Paloma y el primero de los Conciertos de Navidad. Aquello fue como un espejismo y de zarzuela por televisión nada mas se supo.
Pero, ¿Y lo de la radio? Clama al cielo. Desde junio de 2014 Radio Clásica de RTVE no ha emitido ni una sola representación desde el Teatro de la Zarzuela en directo. Me resultó cuanto menos curioso que de la “Trilogía de los fundadores”, en versión concertante, se emitiese Catalina, de Gaztambide, y El dominó azul , de Arrieta, y quedase fuera la que cerraba el ciclo El diablo en el poder, de Barbieri.
Dos años y medio largos después se han emitido algunas zarzuelas, en diferido. Creo que han sido tres, el último jueves de enero, febrero y marzo.
Pero la cosa ha quedado ahí. Al menos yo en la revista de programación de la emisora no he visto que en abril y mayo se haya programado alguna.
Y esto en una emisora pública que emite durante las 24 horas del día música clásica y sus derivados, donde no falta el jazz con cuatro horas semanales (muy presente también en las madrugadas de la 2 de TVE), el flamenco con dos y hasta el fado portugués con una y su corresponiente repetición en horario de madrugada.Todo lo cual me parece muy bien que se programe, pero no que se margine a algo tan nuestro como es la zarzuela.