¿Mafias artísticas?
¿Mafias artísticas?
Italia anda revuelta en muchos aspectos: la prima de riesgo, sus bancos, Savini, etc. Y también la ópera. Testimonios de casos de supuesta estafa por parte de agentes artísticos a artistas hacen saltar las alarmas sobre la dirección de varios grandes teatros líricos italianos.
“Conozco el método denunciado por el regista Brockhaus, me pasó lo mismo en Astaná”. Así contestó Giancarlo del Monaco a la periodista del diario Cronaca di Torino, Miriam Massone, en una entrevista sobre las razones de su nombramiento, finalmente no efectivo, como director del Teatro Regio de Turín.
El método al que hace referencia del Monaco sería, supuestamente, el modus operandi de algunos agentes artísticos que aprovecharían la contratación de los artistas como fuente de ingresos y la confianza de los teatros en sus agencias como camino para conseguir sus objetivos.
Este sistema no sería exclusivo de Italia, donde, como ocurre en otros países, los teatros son casi manejados por agencias artísticas: directores incompetentes acuden a sus agentes de confianza para la planificación artística, una confianza que excedería los límites de lo ético como atestiguan los casos declarados por los directores de escena Henning Brockhaus y Giancarlo del Monaco o el cantante bajo Carlo Colombara.
Entre las prácticas de estos agentes se diferenciarían tres estrategias: primero, la firma del caché del artista sin que éste llegue a ver nunca el contrato; segundo, la renegociación con el artista del caché de éste alegando que el teatro no pagaría la cifra exigida, una diferencia que se quedaría el agente y, tercero, las comisiones que los agentes abonarían de “extranjis” a los directores artísticos de los teatros por su colaboración.
Colombara estalló con una publicación en una de sus redes sociales, denunciando sin dar nombres que su ausencia en los teatros italianos es consecuencia de la corrupción en la dirección de los teatros. El bajo, experto en el repertorio verdiano y cantante de éxito internacional, ha alegado que por no aceptar sobornos y “esa actitud que huele tanto a mafia”, no ha cantado en el teatro de su ciudad, Bolonia, desde hace 21 años. Además, insistió en la necesidad de sacar el fraude a la luz para ayudar a sus compañeros y prevenir a las nuevas generaciones y a las que están por llegar, ajenas a esta trama por la falta de referencias en su carrera: “Los jóvenes no saben nada sobre el teatro de los ochenta y no pueden hacer comparaciones. Solo creen en sus agentes, que los deshuesan”.
Colombara publicó este texto – acceda aquí – siguiendo la estela de Henning Brockhaus y Giancarlo del Monaco. El primero, director de escena alemán, declaró al diario La Stampa de Turín – lea aquí el artículo – haber sido amenazado por el actual director del Teatro Regio, William Graziosi, quien le impuso un contrato con el agente Alessandro Ariosi. Si no lo firmaba, se le inhabilitaría para trabajar: “Me ofreció un contrato con el agente Ariosi, con quien yo no tenía ninguna relación, y si no lo hubiera aceptado, habría arruinado mi carrera”. De la tensión queda constancia en algunos correos electrónicos sobre el acuerdo, hechos que se remontan a los años en los que Graziosi trabajó en el Teatro de la Ópera de Astaná, capital de Kazajstán, como asesor y consejero del subdirector general.
El también director de escena Giancarlo del Monaco declaró en la Stampa haber sufrido una situación similar cuando se le nombró director artístico del Teatro Regio. En su caso, el nombramiento le fue comunicado por la alcaldesa de Turín, Chiara Appendino, en 2017. Tras pedirle paciencia en que el nombramiento se hiciese efectivo, el proceso se paralizó porque alguien advirtió a la alcaldesa de la ejecución de le Ley Madia, una ley que restringe hasta los 65 años la designación de directores. “Un error”, responde del Monaco, “ya que esa ley se aplica a empleados y no a autónomos, que es mi caso”. Desbancado de su puesto como director sin ninguna explicación, aparece el nombre de William Graziosi.
Tras la publicación del artículo de Cronaca di Torino, del Monaco se puso en contacto con Brockhaus. Como él, del Monaco también firmó una producción en el Teatro de la Ópera de Astaná durante la dirección de Graziosi. Este le insistió en firmar un contrato con la agencia Evoc, ligada a la mujer del agente Ariosi. En una situación normal, el artista recibe el contrato del teatro y paga un 10% al agente. En su caso, siempre según sus declaraciones, el teatro envió el contrato directamente a Ariosi sin que del Monaco lo viese ni lo firmase y Ariosi renegoció el caché del director de escena, quien del total (50.000 €) percibió finalmente 26.936 €.
El miedo a arriesgar sus trabajos es el campo en el que crecen estas supuestas estafas. Coaccionados por estas agencias, los artistas han silenciado esta situación que, en palabras de Colombara, están “masacrando el teatro”.
Graziosi ha refutado las acusaciones reafirmando su inocencia y Ariosi habría interpuesto una demanda frente a estos comentarios. Sin embargo a Colombara, Brockhaus y del Monaco se ha unido también Ezio Frigerio, enviando una carta abierta a Alberto Bonisoli Ministro de Bienes y Actividades Culturales de Italia, quien ya ha abierto una investigación oficial.
¿Dónde estará la verdad? ¿Estará sucediendo algo así en España sin que se hable de ello? Gonzalo Alonso
Últimos comentarios