Manifiesto del pleno de la crítica sevillana contra la toma de la cultura por parte de los políticos
Tras el duro artículo publicado en la Razón por Gonzalo Alonso, la crítica andaluza se une a sus opiniones con un manifiesto clarificador
PERPLEJOS Y PREOCUPADOS
Perplejos y preocupados ante las graves decisiones que los nuevos equipos de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla y de la Junta de Andalucía están promoviendo bajo la iniciativa de Juan Carlos Marset –delegado de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla- y Alberto Bandrés –director general de Fomento de la Consejería de Cultura-, los críticos musicales firmantes de este comunicado unimos nuestras voces para denunciar públicamente y al unísono una línea cultural que se antoja empeñada en arrasar y destruir cuanto hasta ahora se ha realizado en la capital andaluza.
Los resultados de las primeras y despóticas medidas adoptadas al alimón por los señores Bandrés y Marset no han podido ser más nefastos. Como única alternativa a la escandalosa sucesión de despidos y ceses, la imposición sin debate ni reflexión de Pedro Halffter como máximo responsable artístico y musical tanto del Teatro de la Maestranza como de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.
Apoyado y secundado por Alberto Bandrés, Juan Carlos Marset se ha empeñado en revolucionar la vida musical sevillana desde una perspectiva prepotente y profundamente desinformada. A los despidos o ceses fulminantes de Luis Miguel Rufino –gerente de la Sinfónica de Sevilla- y de Juan Víctor Rodríguez Yagüe –director del Teatro Lope de Vega-, ya ha sido anunciado el de José Luis Castro –director del Teatro de la Maestranza- y otros a determinar de acuerdo con el albedrío personal de Marset.
El cese de José Luis Castro supone el fin de una etapa excepcional en el Teatro de la Maestranza. A diferencia de Juan Carlos Marset, personaje poco experimentado en las delicadas lides de la gestión cultural, José Luis Castro es un profesional de indiscutible prestigio, que ha desarrollado en el Teatro de la Maestranza –y antes en el Teatro Lope de Vega- una labor unánimemente reconocida desde todos los ámbitos. Con mínimos presupuestos, Castro y su equipo han logrado presentar en Sevilla temporadas líricas de incuestionable calidad, junto a una programación musical variada (tanto en los distintos géneros proyectados como en los estilos y épocas) y han establecido el Teatro de la Maestranza como referencia internacional.
La destitución de José Luis Castro resulta particularmente escandalosa si se considera la alternativa que de modo tan personal y arbitrario impulsa el señor Marset para reemplazarle: Pedro Halffter, el hijo de su amigo Cristóbal Halffter. El joven director llega a Sevilla impuesto desde las alturas. Y con poderes plenipotenciarios. Tanto en la Sinfónica de Sevilla, que con este nombramiento político sigue su desastroso sino de directores equivocados, como en el Teatro de la Maestranza, el menor de los hijos de Cristóbal Halffter se revela como un músico sin el bagaje, la experiencia ni el perfil que requiere la cualificada dirección musical y artística de ambas instituciones.
Sevilla, señor Marset, señor Bandrés, no es un coto de nadie. La gestión de sus instituciones culturales no puede ser utilizada como moneda de cambio con amigos y compromisos personales. Las purgas que ustedes ejecutan hoy tan caprichosa como arbitrariamente parecen más propias de tiempos de nepotismo y autoritarismo que parecían ya felizmente olvidados.
Por ello, como comentaristas musicales que hemos seguido de cerca e informado día a día sobre la actividad musical sevillana, los abajo firmantes manifestamos expresamente nuestro rechazo frontal al cese de José Luis Castro y a la indiscriminada y extravagante purga que agita estos días las dos instituciones más emblemáticas de la cultura de nuestra ciudad. Reclamamos que se deje al Maestranza llevar adelante sus programaciones sin injerencias espurias que, al
reclamo de eventos espectaculares de dudosa rentabilidad económica y artística, cercenen una trayectoria llena de éxitos que ha otorgado a nuestro teatro un prestigio que bien puede desvanecerse en un futuro próximo. También pedimos y reclamamos que el nuevo director titular de la Orquesta Sinfónica de Sevilla sea el maestro profesional, experto y entregado que merecen y reclaman su plantilla, público y abonados. Y que su nombramiento sea fruto del acuerdo, el consenso y la experiencia enriquecedora entre profesores y técnicos, pero jamás del interés personal y unilateral de nadie.
Firmado: David Cuesta, Andrés Moreno Mengíbar, Justo Romero, Ramón María Serrera, Carlos Tarín, José Miguel Usábel, Pablo J. Vayón.
Últimos comentarios