Crítica: Manojo de rosas para una reposición triunfal en el Teatro de la Zarzuela
Manojo de rosas para una reposición triunfal en el Teatro de la Zarzuela
Sorozábal: La del manojo de rosas. Vanessa Goikoetxea, Manel Esteve, Gerardo López. Jesús Álvarez Carrión, Nuria García Arrés, Ángel Ruiz, Milagros Martín, Enrique Baquerizo. Coro del Teatro de la Zarzuela. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Directora musical: Alondra de la Parra. Director de escena: Emilio Sagi. Teatro de la Zarzuela, Madrid, 20 de noviembre de 2024.
El género chico y el sainete volvían a triunfar en el Madrid de 1934 demostrando que no habían muerto. La zarzuela de título contenido en los versos de “La revoltosa” respiraba frescura y reflejaba lo mejor de una forma denominada “género chico” por su pequeño formato, no por su inferior contenido musical.
Luis Sagi Vela, fallecido no hace mucho, cantó entonces el papel de Joaquín y casi sesenta años después su sobrino, Emilio Sagi, firmaba una puesta en escena para su reposición tan viva y llena de gracia como la música de Sorózabal. Si los enamorados se piropean “guapa” y “castizo” al son de una pieza tan popular como el pasodoble, si hay cabida para la romanza que prende de inmediato como “madrileña bonita”, si además una misma melodía discurre por toda la obra a modo de “leitmotiv”, si incluso hay un número de ballet con aires americanos, cualidades todas ellas tan del moderno musical, ¿por qué no presentar la obra con el lujo con que se ofrecen los musicales en Londres o Nueva York? Así lo entendió Sagi y acertó de pleno, como lo corroboraron los éxitos cosechados por la producción en sus giras por varias ciudades españolas, Roma o París y el simple hecho de que se ha repuesto hasta seis veces. Sin duda uno de los mayores éxitos del Teatro de la Zazuela y lo demuestra claramente que todas sus localidades estén vendidas para sus diez representaciones. ¡Menos mal que esta producción no fue destruida en la etapa “Olmos” del teatro, porque así el público puede disfrutar de algo que funciona estupendamente y la Zarzuela aprovechar recursos! Jornadas para deleitar y comprobar que la zarzuela, chica o grande, tiene plena vigencia cuando se hace bien.
La producción responde cien por cien al libreto, desarrollándose en la época de su citado estreno, con un solo pero enorme decorado con la fachada de una calle del Madrid antiguo ocupando todo el frente, con balcones en la parte superior, que dejan ver escenas que no molestan, y el bar, la florería y el taller mecánico, en la inferior. Todo funciona engrasado, sincronizado y medido, con ese conveniente aire de comedia musical.
En el foso, el debut en estas lides de Alondra de la Parra, la nueva titular de la ORCAM, la orquesta del teatro, y lo realiza con una soltura mayor de la esperada, con una lectura coordinada, animada y fresca, contundente en sonoridad cuando se precisa y con suaves matices en los momentos más líricos. El reparto funciona, aunque no pueda evitarse recordar a intérpretes anteriores, como Carmen Romeu, Ruth Iniesta, Carlos Álvarez, Manuel Lanza y algunos otros, empezando por Milagros Martín, quien estrenara la producción y ahora es Doña Mariana, la madre de Joaquín. Vanessa Goikoetxea actúa con gracia y “dice” bien, pero a la voz le falta algo de cuerpo. Manel Esteve no puede llegar a la altura de aquel debutante Carlos Álvarez de timbre mucho más profundo, pero canta bien, con caudal vocal y es muy aplaudido en esa “Madrileña bonita” que nadie ha cantado como Plácido Domingo. Muy ovacionado y con justicia su dúo, como también el de Jesús Álvarez Carrión y Nuria Garcés Arrés, respectivamente unos Capó y Clarita muy compenetrados. Ángel Ruiz volvió a repetir con mucha gracia como un Espasa algo sobreactuado, cumplió el aviador de Gerardo López y Enrique Baquerizo demostró su veteranía como Don Daniel.
En definitiva, se puede volver a disfrutar de este manojo de rosas formado por una excelente producción, a la que quizá le vaya haciendo falta una renovación en el vestuario, una dirección musical solvente y un reparto que no iguala los de años anteriores, pero funciona.
Las funciones de ‘La del manojo de rosas’ se dedican a Miguel Ángel Gómez Martínez, director musical de este teatro y director de orquesta en la reposición del título en 2013. Gonzalo Alonso
La obra respira, está viva!
Cuando vivimos la experiencia, eso Es.
Si caracterizamos podemos decir a cambio de producción, creación.
Toda creación nos lleva a la verdad del acto creativo, y así llegamos a percibir y reconocer la idea que la sustenta.
Un “fracaso” que dura 110 años.
Dice Pablo Sorozábal, en el libro de sus memorias, que a él le ofrecieron componer La del manojo de rosas tras haberlo rechazado Federico Moreno Torroba, opinando “que un argumento tan moderno no tenía música”.
Y al compositor vasco que era precisamente un enamorado de la modernidad, le vino de perlas el ofrecimiento.
Él mismo se empeñó que el estreno fuese un martes y 13, el de noviembre de 1934.
Alcanzó un éxito de público colosal, pero la crítica de la prensa se fue por otros derroteros.
Hasta un crítico, que gozaba de gran prestigio pues además era compositor, dejó escrito que La del manojo de rosas no estaría más de dos semanas en cartel.
Erró de todas, todas. Al poco tiempo se representaba a diario en tres madrileños, al mismo tiempo, y se había doblado el precio de las entradas.
Cuando Sorozábal escribió sus memorias, cuya primera edición se publicó en 1986, según sus palabras, ni un solo año había de dejado de ingresar los importes correspondientes como derecho de autor de esta zarzuela.