MANON (J. MASSENET)

Fiel a su ADN, el Teatro Villamarta de Jerez responde a los retos de las actuales circunstancias con una salida hacia adelante, nada menos que con una nueva producción de un título nada sencillo de montar como es Manon de Jules Massenet. El teatro jerezano apostó desde sus inicios hace un cuarto de siglo por la producción propia de títulos de zarzuela y de ópera que pudiesen girar por los muchos teatros de tamaño mediano como hay en España, surtiéndolos de propuestas escénicas de calidad, asequibles y de calidad. El resultado es el de casi treinta producciones propias en continua gira por toda España que suponen una fuente de ingresos económicos más que importante.

Sabina Puértolas

En esta ocasión, en los días 28 y 30 de enero, la nueva propuesta escénica, firmada por Alfonso Romero, ofrecerá también el aliciente de asistir al debut en sus respectivos papeles de la soprano navarra Sabina Puértolas y del tenor de la tierra Ismael Jordi, junto a voces españolas (otra de las señas de identidad de este teatro) de la categoría de Natalia Labourdette, Manuel de Diego, César San Martín o Damián del Castillo.

Para Sabina Puértolas dos son las principales dificultades de su papel en esta ópera: “La primera dificultad es la gran cantidad de arias y dúos que tiene el rol, en una ópera de 5 actos en la que mi personaje está en escena gran parte del tiempo. La vista tiene que estar puesta siempre en dos lugares a la vez, en el presente y en el futuro, en transmitir la emoción del rol en cada momento, con una partitura apasionante pero para nada sencilla; y en llegar al final de ópera sin estar cansada, para darlo definitivamente todo en esa muerte del personaje. Manon es un personaje que requiere del intérprete no solo capacidad vocal y teatral, técnica y entrega sobre el escenario, sino mucha inteligencia. La segunda dificultad, enlazada con la primera, reside en plasmar los sentimientos, la forma de pensar y de expresarse que tiene el personaje a través del tiempo y de sus diferentes estados de ánimo, en un arco dirigido hacia su muerte final, y siempre vigilando no alejarse estilísticamente de lo que quería Massenet”. Respecto al repertorio más belcantista que suele interpretar esta cantante, lo más exigente para ella “es su final trágico, capaz de resonar muy dentro de mí, y que estoy deseando presentar ante el público”. Manon será un personaje que cantará en diversos teatros en el futuro inmediato, aunque valora con gran cariño la posibilidad que le ofrece el Villamarta para debutarlo: “La mayor parte de las veces son los teatros quienes nos eligen, y para mí es un lujo y un honor contar con la confianza del Villamarta para presentar por primera vez un rol tan complejo. Es un teatro en el que me siento como en casa, y eso lo hace todo más fácil y bonito. Le tengo mucho cariño, y además es una ciudad en la que me encuentro muy a gusto. Va a ser un mes de enero muy completo, ¡en todos los sentidos!”.

Ismael Jordi

El bien conocido director de escena Alfonso Romero es el responsable de esta nueva producción. Aunque sea más popular la versión de Puccini, para Romero la ópera de Massenet está más cercana a la novela original de Prévost, pues en ella Manon es “una joven que ve el mundo como una fuente interminable de oportunidades, emociones y experiencias y con un desarrollo mental muy por delante de su época. Aparte de las dudas e inseguridades propias de una joven libre y hambrienta de vida la Manon de Prévost no tiene otros grandes conflictos. El problema lo tienen las personas que la rodean al no ser capaces de seguirla. Por ejemplo, su idea del amor libre choca con los celos y la necesidad de Des Grieux de poseerla”. En su propuesta escénica la protagonista ocupa el centro de la narración, “Será ella misma la que genere con su fértil imaginación y fantasía el espacio escénico. Y como de imaginación y sueños (a veces rotos) se trata, la propuesta escénica mostrará un espacio onírico lleno de fantasía y erotismo, la fantasía y erotismo de la protagonista. Como Alicia en el país de las maravillas, la fantasía dictará las leyes fundamentales de su universo, hasta el momento en que el sueño no pueda ser más soñado. Los recuerdos se mezclarán con los anhelos, hasta el punto de que sea difícil diferenciarlos”.

Ismael Jordi, que jugará en casa una vez más, muestra tener bien aprendida la lección de su maestro Alfredo Kraus: avanzar poco y con paso firme en su carrera sin salirse del repertorio ideal para su voz e ir calibrando con prudencia la incorporación de nuevos personajes y de nuevos repertorios. Tras veinte años de carrera especializado en el repertorio italiano más belcantista y con el Alfredo de La Traviata como límite en el repertorio italiano hasta el momento, cree que ha llegado el momento de adentrarse en el repertorio francés más puramente lírico, tal y como hiciese Kraus. Tras haber ya cantado Faust ha llegado el momento de roles como los de Werther, Des Grieux o Hoffmann. La voz tiene ya el centro y el color necesarios para meterse de lleno en esta Manon que no será sino el anuncio de un próximo Werther. Con su estilo y su elegancia en el fraseo y su capacidad de regular sonidos y colores, de seguro que será el inicio de una gran amistad entre el tenor jerezano y el repertorio francés. Serán, pues, por todo lo dicho, y de buen seguro, dos veladas extraordinarias. Andrés Moreno Mengíbar

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