María Callas, inmortal
María Callas, inmortal
Difícil es pensar en una cantante que haya seguido siendo noticia tantos años después de haber terminado su carrera. El año pasado conmemoramos con un sin fin de publicaciones los 40 años del fallecimiento de quien en diciembre habría cumplido 95 años. Ahora vuelve a ser actualidad por un interesantísimo documental y un no menos interesante libro. Se demuestra que sí puede hablarse realmente de un antes y después de Callas en la historia lírica.
Podríamos albergar muchas dudas sobre lo que otro documental podría aportar a estas alturas, ya que existen al menos una docena y que todo el material debería ser ya conocido. También porque su editor, Tom Volf, apenas sabía nada de Callas hace tan sólo cinco años. Pero debió enamorarse de ella, recorrer medio mundo para entrevistar a personas que tuvieron contacto con ella y rebuscar en sus albumes de recuerdos. El resultado de esta investigación son tres libros y el film “Maria by Callas”. Sus dos horas se pasan volando. Parte de una entrevista tardía, en blanco y negro, que desconocíamos y en la que Callas está bellísima. Sus palabras, de María hablando de Callas, sirven para ir abriendo su vida al espectador a través también de otras declaraciones, de videos y de la lectura que realiza Fanny Ardant de algunos de sus testimonios escritos. Tengo, también hay que decirlo, serias dudas sobre la veracidad de algunos de estos, pues los vi en la exposición de París y se trataba de cartas escritas a máquina. Cartas preciosas, quizá demasiado y ahí la sospecha, ya que en aquella época siempre escribíamos a mano las cartas personales.
Se trata de un punto de vista muy favorable a Callas, que “olvida” cualquier aspecto negativo ya sea en su vida o en su carrera. De ahí que, con acierto, prescinda de su voz en la gira final. No es objetivo ni con María ni con Callas, pero tampoco importa porque no es esa su pretensión. Lo que emana del film es una personalidad única, muy coherente en sus opiniones a lo largo de su vida, de faz sonriente hasta su gran desengaño amoroso en que aparece un rictus de amargura. Hay escenas no difundidas, como el inicio con “Butterfly” o una peculiar gala circense en la que deslumbra con un colorido vestido que reutilizaría años después en su gira final y seguimos echando de menos documentos como “Il pirata” belliniano. Lo más importante es la impresión que deja al espectador de una artista única, a la que bastaba un gesto en los ojos o un movimiento de cabeza para llenar un largo pasaje orquestal de un aria. Eso no lo hemos vuelto a ver en ningún cantante posterior.
No se pierdan el film, como no se pierdan el libro de Fernando Fraga “María Callas, el adiós a la vida”, un gran y amenísimo trabajo que logra resumir muchos de los publicados aportando anécdotas y valoraciones personales, muy equilibradas, en un personal recorrido por su carrera. Gonzalo Alonso
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